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Ciertas conductas y ganchos que vacían nuestros bolsillos

Hábitos que nos hacen gastar más de la cuenta al comprar online

Comprar online s muy conveniente, práctico y sencillo. Pero también es un peligro para los que tienen más facilidad a la hora de sacar a paseo la tarjeta de crédito y puede que estén cayendo en ciertas conductas que son un peligro para sus ahorros.

La primera de ella sería empezar a buscar productos en Pinterest. La red social de las fotografías es la panacea de los "fashin victims" y pueden llegar a llenar sus tablones con cientos de productos que, ahora, tienen un botón que los pone a disposición de los usuarios lo que puede hacer que caigamos en la tentación mucho más fácilmente y con productos que realmente no necesitamos - o no nos podemos permitir -.Otro punto de peligro para alguien que tiene facilidad para dejarse convencer en una red social es el que sigue demasiados perfiles de estas empresas en lugares como Twitter y Facebook. Los reclamos constantes que éstas hacen para adquirir sus productos, con algún que otro gancho como promociones o descuentos, hacen difícil resistir el impulso de ponerse a gastar.

En el mismo saco estaría también estar suscrito a todas las newsletters de marcas, tiendas y demás distribuidores online que no cesarán de llegar a nuestro buzón de correo. Lo mejor es crear una regla en Gmail o el servicio que usemos para que estos mensajes lleguen a una carpeta diferente a la de entrada que podemos consultar con calma cuando tengamos algo de tiempo y no dejarnos sorprender en medio del día para llamarnos la atención y hacernos ir a la compra-impulso. También podemos incluir aquí las newsletters de los servicios de "cuponeo", en los que se supone que nos hacen también enormes ofertas y que, bien es cierto, que se hace difícil de resistir. Hay que mandarlo también a la carpeta y no dejar que nos asalten desde la bandeja de entrada.

Y precisamente, en este sentido lo hemos vivido hace poco. El Black Friday o las rebajas son días en los que parece que nos quitamos los prejuicios y nos dejamos llevar por tantas ofertas como se nos van poniendo. Esos días, lo mejor es tener claro previamente qué es lo que queremos comprar y a qué precio está normalmente. Es la única forma de pillar realmente una ganga porque, como se ha demostrado, gracias a la versatilidad que ofrece el mundo online, es posible subir los precios realmente para luego bajarlos. Si no tenemos una idea concreta, lo mejor será marcar un presupuesto cerrado de cuanto nos queremos gastar ese día.

Por otra parte, una de las razones por las que es tan fácil comprar es porque los vendedores en la Red se empeñan en que sea así. Un ejemplo es la compra "con un click" de Amazon, en la que podemos hacer un pedido con todos nuestros datos preconfigurados sólo pulsando un botón. El consejo es evidente, no configurar ningún servicio de este tipo y aunque sea un poco más pesado, realizar el proceso de compra completo cada vez pero eso permite pensarse dos veces cada compra. También los distribuidores online se empeñan en llenar la pantalla de recomendaciones y sugerencias basadas en la conducta que hemos llevado en la tienda y que nos quieren convencer de comprar más de aquello que, supuestamente, estamos buscando.

Finalmente, es también un error caer en el pago de los gastos de envío. Casi siempre la impaciencia es el enemigo para ahorrar en este sentido porque prácticamente todas las tiendas online tienen un servicio de envío gratuito mediante correos u otra mensajería que, unos días más tarde, hará que recibamos nuestra mercancía.

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