Marina propone siete años de formación para los docentes y cobrar por rendimiento
El filósofo y pedagogo José Antonio Marina propone en el borrador del Libro Blanco de la Función Docente no Universitaria, encargado por el Ministerio de Educación, una formación docente similar a la de los médicos en España, que dura siete años, dos más que en la actualidad, y con procesos selectivos y prácticas remuneradas con el objetivo de que sea un profesión “de alto nivel”. A este 'MIR educativo' lo denomina 'DEP' (Docentes En Prácticas).
También propone evaluaciones sistemáticas a todos los docentes de todos los niveles de enseñanza con consecuencias en el desarrollo de su carrera y retribución, pues ahora el ascenso se basa únicamente en la antigüedad. En este sentido, plantea un 'Portfolio del Docente', es decir, un documento donde se recoja su formación, logros y proyectos y que se tenga en cuenta la progresión de los alumnos y del centro, la observación de su tarea en el aula, la opinión de los alumnos, su relación con las familias y la evaluación por parte del claustro.
El texto, con veinte propuestas en un total de 87 páginas, entregado este lunes en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, lo firma el propio Marina junto a dos colaboradores: Carmen Pellicer, pedagoga, escritora y experta en formación y evaluación docente; y Jesús Manso, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en formación inicial del profesorado.
“El Libro Blanco no es un esbozo de Ley de Educación, no es tampoco un Estatuto de la Función docente, es solo un estudio del papel que los docentes debemos asumir en la revolución educativa que el mundo está viviendo”, señala sus autores, que añaden que debería ser el comienzo de un debate sobre la profesión docente dirigido, por una parte, a “favorecer un pacto de Estado sobre Educación” y, por otra, a elaborar el Estatuto de General de la Profesión Docente, del que se derivaría el Estatuto de la Función Docente.
Marina y sus colaboradores indican que en la formación del profesorado puede optarse por abrirla a todo el mundo y seleccionar al final del proceso, como ocurre en la actualidad, o por seleccionar al principio, que, a su juicio, “es la mejor solución, porque la formación de alto nivel es cara, y no puede estar masificada”.
Por su parte, el Ministerio de Educación va a proceder a la distribución de este borrador al conjunto de la comunidad educativa para que pueda conocer su contenido y realizar todas aquellas aportaciones que se consideren oportunas. Según ha indicado este departamento en un comunicado, la intención del ministro Íñigo Méndez de Vigo es debatir el texto con todos los actores implicados con el objetivo de presentar una versión definitiva que cuente con el “máximo consenso”.
El MIR educativo
Marina propone que la formación de los profesores se articule como una titulación de Grado cursada en la Universidad (Grado de Educación Infantil y Primaria o Grado en cualquiera de las especialidades académicas, para secundaria), que dura cuatro años, más un periodo de formación y habilitación profesional de tres años, al que denomina 'DEP' (Docentes En Prácticas).
El 'DEP' podría articularse de la siguiente manera: Estudios de grado, seguido de un examen nacional de acceso al DEP, que será una prueba diseñada para comprobar el nivel de conocimientos y competencias necesarias para la docencia, universal, nacional, con 'numerus clausus' adaptado a las necesidades del sistema educativo.
“El DEP es un método caro y sólo debe aplicarse a alumnos que hayan demostrado su aptitud y que vayan a tener la posibilidad de encontrar colocación”, indican los autores, que advierten de que actualmente aprueban los grados de Magisterio y el máster de Secundaria el triple de las personas que el sistema educativo puede emplear.
En la prueba de acceso, cada aspirante obtendría una nota global de la prueba que le permitiría acceder al 'Centro Superior de Formación del Profesorado' de su elección, en función de la nota obtenida, para estudiar el máster.
Según Marina el máster es una “pieza fundamental” que debe tener como objetivo transmitir la esencia de la profesión docente, sus competencias básicas, y, al mismo tiempo, la adaptación de esas competencias básicas a los diferentes niveles y especialidades.
También indica que en estos 'Centros Superiores de Formación del profesorado' tienen que encargarse de la formación de las distintas especializaciones: maestros y profesores de aula, orientadores, directores, inspectores y formación continua.
Una vez aprobado el máster, los alumnos pasarían a formarse en 'Centros docentes acreditados', bajo la supervisión directa y continua de un tutor, adecuadamente seleccionado, durante dos años. Estos alumnos tendrían la condición de 'Docentes En Prácticas' (DEP) y percibirían por su trabajo una retribución adecuada.
Su trabajo, según precisan los autores del borrador, sería objeto de seguimiento y de evaluación y la selección de los Centros educativos para impartir formación, así como los tutores que han de acompañar a los docentes en prácticas, deberán serlo por sus méritos y sus maestros y profesores recibirían el reconocimiento y los incentivos adecuados a su tarea.
Una vez aprobado el 'DEP' se estará habilitado para ejercer la docencia en el sistema público --mediante las oposiciones que determinen las comunidades autónomas, como ahora--, en la enseñanza concertada o en la privada. De esta forma, todo los docentes de la enseñanza reglada tendrán que poseer la titulación 'DEP'.