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Columna
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El tira y afloja de Draghi y Yellen

La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, tira hacia un lado para preparar el terreno y endurecer en la política monetaria de Estados Unidos. Mientras tanto, su homólogo en el Banco Central Europeo, Mario Draghi, tira en la dirección opuesta para allanar el camino a una mayor expansión en la zona euro. El resultado son llamativos movimientos en el mercado.

Una de las tendencias está en el euro. Cayó a mínimos de siete meses cerca de 1,0630 dólares el 17 de noviembre. Mientras tanto, en los mercados de bonos, la rentabilidad de los bonos estadounidenses a dos años ofrece la mayor prima desde 2006 sobre sus homólogos alemanes.

Algunos de estos movimientos son fáciles de racionalizar. Una divisa respaldada por mayores tipos de interés debería ser relativamente más atractiva para los inversores, según la teoría de los libros de texto. Del mismo modo, los inversores normalmente exigen mayores rendimientos a los bonos a más corto plazo cuando esperan un endurecimiento de la política, pero están perfectamente contentos con rentabilidades más bajas cuando se acerca una mayor relajación de los tipos.

Es probable que los dos banqueros centrales se muevan en direcciones opuestas durante un tiempo

En teoría, hay pocas razones para que tales tendencias se detengan. Yellen y Draghi muy probablemente se muevan en direcciones opuestas por un tiempo. Pero las dinámicas del mercado rara vez son tan simples. El riesgo es que su divergencia política sea tan evidente que las operaciones asociadas a ella se masifiquen.

Incluso en el caso de que haya un cambio sutil por parte de Yellen, digamos para frenar las expectativas sobre cómo de rápido subirán los tipos estadounidenses, podría desencadenar una carrera para salir. También a principios de este año cuando la rentabilidad del bono alemán de 10 a años aumentó 21 veces en menos de dos meses. Por su parte, el euro se apreció más de un 5% frente al dólar en dos días de cotización. Cuando la complacencia se establece, puede que una mayor divergencia esté entre las expectativas de los inversores y su rentabilidad.

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