España se frota las manos ante la llegada de dinero chino
La inversión del gigante asiático en España supera los 600 millones en 2014 y crece a gran velocidad.
Atrás quedan los tiempos en los que empresas españolas iniciaban su andadura en China en busca de mano de obra barata. Al menos, en los que las relaciones comerciales se basaban exclusivamente en eso. El gigante asiático, convertido en una potencia a la altura de Estados Unidos, ha decidido dar un giro a su estructura económica y basar su nuevo crecimiento en el consumo interno.
Las inversiones en el extranjero y las importaciones cobran un papel preponderante en este plan. Y Europa se ha convertido en el socio perfecto, atrayendo alrededor de 20.170 millones de dólares (unos 18.890 millones de euros) de China en 2014, lo que supone un incremento del 117% en relación con el año anterior.
En lo que respecta a España, la inversión china continúa su ascenso y ya supera los 600 millones de euros, según los datos de un estudio elaborado por el ESADE Business & Law School, que fue presentado en el Icex.
Se trata de un fenómeno reciente, pero que crece a gran velocidad, sobre todo en los sectores de mayor valor añadido. En concreto, el 93,8% del dinero recibido desde principios de siglo, esto es, 1.662 millones de euros se han producido en el periodo comprendido entre 2012 y 2014.
Las empresas chinas destacan de España la capacitación de los recursos humanos y la calidad de las infraestructuras
“China se diferencia de los países occidentales en que primero hacemos amistades y, luego, negocios”, explica Chen Yuming, consejero económico de la embajada China en España.
El pragmatismo tradicional en las relaciones comerciales europeas choca con su cultura, por lo que necesitan conocer el país en el que se desarrollarán sus negocios y saber que son bienvenidos en él.
“Aún queda mucho que hacer en cuanto a la relación entre España y China en términos diplomáticos”, opina Eugenio Bregolat, ex embajador en el país asiático.
“Si se quiere llegar a un nivel de inversión similar al captado por Reino Unido (18.190 millones en los últimos cuatro años, según el estudio del ESADE) es necesario que nos convirtamos en sus mejores amigos, sus aliados en Europa”, sostiene.
Pese a la gran brecha con respecto a otros países europeos, España presenta importantes ventajas que, según el estudio, hacen que el clima de negocio reciba una valoración más que positiva por parte de los inversores chinos.
“A su atractivo mercado, se le suma que España puede ser una puerta de entrada al resto de Europa y, sobre todo, a Latinoamérica”, comenta Liu Jiang, director general de la rama española de China Construction Bank.
Como aspectos positivos de España, las empresas chinas destacan la capacitación de los recursos humanos y la calidad de las infraestructuras, especialmente de los puertos y de los aeropuertos.
En el otro lado de la balanza, sin embargo, encuentran una excesiva burocracia y presión fiscal. “Hay que señalar que el 98% de las empresas chinas en España a las que hemos encuestado considera que han alcanzado sus objetivos de forma satisfactoria o muy satisfactoria”, indica Ivana Casaburi, directora de ESADE China Europe Club y autora del estudio.
Las cifras de inversión este año ampliarán su tendencia al alza al contabilizarse las grandes operaciones registradas durante los últimos meses en los sectores inmobiliario, hotelero, energético y agroalimentario, protagonizadas por importantes grupos como China Construction Bank, Dalian Wanda, Fosun, Bright Food y HNA.
Una inversión “no apta para las pymes”
El dinero chino llega a Europa tanto a través de empresas públicas como de grandes grupos privados. Aunque el método de joint venture con una empresa del país de destino se da con relativa frecuencia, no es el caso de España.
“Aquí llegan empresas con mucho músculo financiero que directamente montan su propia filial”, explica Ivana Casaburi, directora de ESADE China Europe Club y autora del estudio sobre la inversión china en Europa.
“La inversión china a día de hoy no es apta para las pymes. No son lo suficientemente competitivas”, apunta Casaburi. Para que se produzca una relación entre estas empresas deben ser completamente complementarias, según los datos que arroja el estudio.
“Eso es algo que no se puede forzar. No se puede mejorar para ser complementario a otra empresa, simplemente sucede”, indica, al tiempo que señala que, de darse para este tipo de operaciones, las empresas chinas buscan unas condiciones muy ventajosas y un muy buen precio.
“No es recomendable que las pymes cambien en nada su negocio para adaptarse a la inversión China. Aunque el conjunto de España se beneficia notablemente, es más que probable que estas pequeñas empresas no vean dinero directo”, concluye Casaburi.