Renta Corporación se fija como prioridad recuperar el dividendo
La inmobiliaria Renta Corporación busca ser la que fue antes de la crisis. Su presidente y primer accionista (32%), Luis Hernández, ha encabezado esta mañana una presentación a analistas en la Bolsa de Madrid en la que ha fijado la recuperación del dividendo entre las prioridades de la compañía. Posteriormente, el consejero delegado, David Vila, ha añadido a un grupo de periodistas que la remuneración al accionista podría llegar entre 2016 y 2017, sin que se haya decidido ni el momento ni el pay out:"No creo que restauremos el dividendo con un pay out del 50% o del 60%. Lo normal es que estemos por debajo para ir incrementándolo de forma gradual", ha comentado el ejecutivo.
El equipo directivo ha explicado el plan estratégico 2016-2020, avanzado en el arranque del pasado verano, y asegura que las estimaciones se basan en expectativas conservadoras. "Estamos asistiendo a una mejora de la situación macro; los inversores extranjeros han vuelto a España; los bancos están abriendo el crédito tras la reestructuración del sector; hay nuevos players, como las socimis y numerosos fondos, y aumenta el número de activos en el mercado sobre los que podemos aportar valor", ha descrito el presidente. Una situación de mercado que casa con "la experiencia ganada durante 25 años y, especialmente durante la crisis, un equipo de alta experiencia, activos de calidad y una estructura financiera saneada".
Renta Corporación nació en 1990 con una valoración de un euro, llegó a 2001 con una tasación de 60 millones y marcó 700 millones en la salida a Bolsa de 2006, ascendiendo hasta el máximo de 1.000 millones un año después. Llegó la crisis, el desplome del mercado y el concurso de acreedores para esta especialista en comprar, remodelar y vender activos inmobiliarios. La cotizada tocó mínimos en 2013, con una capitalización de 15 millones y en los dos últimos ejercicios ha conseguido escalar hasta el entorno de los 60 millones. A partir de este punto, "trabajamos para consolidar el resultado de 2005 y 2006, sabemos lo que funciona y lo que no debemos hacer", ha dicho Luis Hernández a los analistas. Entre los pecados del pasado, según el máximo responsable de Renta Corporación, el alto apalancamiento y excesivas estructuras de costes.
Renta Corporación ha pasado de una deuda superior a los 700 millones a un entorno de 24,3 millones de euros. Y de esta última cifra, 18 millones cuelgan de terrenos sobre los que se ha acordado la dación en pago en 2022. La empresa ha analizado 7.000 edificios a lo largo de su historia y ha realizado 1.500 operaciones en las que ha invertido 2.500 millones.
El primer ejecutivo también ha querido dejar claro su compromiso con la empresa y afirma que no habrá en el corto plazo ampliaciones de capital que diluyan a los accionistas. Lo que sí va a promover la dirección de Renta Corporación será la toma de autocartera, sin un objetivo declarado, con el fin de remunerar a la plantilla e invertir en acciones que, bajo su punto de vista, tienen claro recorrido.
De momento, Madrid y Barcelona
Los directivos de Renta Corporación huyen de cualquier anuncio estridente. La recuperación del mercado inmobiliario, iniciada en septiembre de 2013, da sus primeros pasos y la empresa no quiere arriesgar más allá de los mercados de Madrid y Barcelona. "Si hubiera un tercer mercado, que hoy no está contemplado en el plan estratégico, sería muy probablemente fuera de España", ha dejado caer Hernández de Cabanyes a pregunta de un analista.
Renta Corporación cuenta con una cartera de derechos de inversión de 250 millones y tiene activos en estudio por otros 500 millones de euros. Según se ha explicado a los analistas, la oferta de inmuebles en el mercado se basa en productos poco actualizados que se dirigen a una demanda que busca productos muy concretos y de bajo riesgo. Es en esta brecha donde se sitúa Renta Corporación, para adquirir esos inmuebles y darles un nuevo uso tras su transformación.
Respecto a los recientes cambios políticos en los ayuntamientos de Madrid y Barcelona, desde Renta Corporación se opina que "pueden restar algo de alegría a la actividad inmobiliaria", pero "no deberían afectarnos al no realizar cambios drásticos de uso en los inmuebles que adquirimos, lo que aleja a los activos de la voluntad política".
En el marco de su plan estratégico la empresa aspira a cerrar entre 30 y 40 operaciones anuales; dice tener un plazo de bloqueo de entre una y ocho semanas y aspira a vender los inmuebles actualizados en una media de 12 meses.
Hasta el cierre de septiembre la compañía ya ha captado un 20% más de operaciones que en 2014. El beneficio neto previsto para este ejercicio es de 9 millones, desde 7,6 millones del cierre de 2014, y el crecimiento anual del 19% lo llevaría a 10,5 millones en 2016; 13,4 millones en 2017; 16,4 millones de euros para 2018; la estimación de 2019 es de 19,6 millones, y el periodo que interesa al plan estratégico se cerraría en 2020 con un beneficio neto de 20,8 millones de euros.
Renta Corporación calcula que operará en los próximos cinco años con tasas fiscales efectivas del 0% al 6% debido a la existencia de "suficientes" bases imponibles negativas, ha resaltado el director general Corporativo, José María Cervera. La caja generada durante el quinquenio será de 80 millones e irá dirigida a remunerar al accionista y captar nuevos activos. Según Cervera, el retorno sobre el capital empleado (ROCE) esperado es del 20%.