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Columna
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UBS sella una nueva era

La reciente rendición de los objetivos de rentabilidad de UBS confirma lo que desde hace tiempo se sospecha –los bancos europeos pueden ahora, como mucho, ofrecer una rentabilidad similar a la de las empresas de servicio público–.

El banco suizo representa la última esperanza para los inversores que buscan un renacimiento de la época anterior a la crisis de la banca de inversión de alta rentabilidad. Ha liderado a sus rivales desde su remodelación hace tres años. Pero ayer, UBS redujo su rentabilidad sobre fondos propios por tercera vez en dos años a pesar de casi triplicar los beneficios netos del tercer trimestre en 2.100 millones de francos suizos (unos 1.900 millones de euros).

Las ambiciones del grupo superarán ahora una rentabilidad sobre el capital tangible del 15% en 2018 en lugar del año que viene. Standard Chartered y Barclays han refrenado sus aspiraciones, mientras el consejero delegado de Credit Suisse, Tidjane Thiam, ha desechado por completo los objetivos de rentabilidad alegando que no puede controlar los reguladores.

Las condiciones macroeconómicas son parte de la razón para la cautela de UBS. Un período prolongado de bajísimos tipos de interés ha perjudicado a su negocio. La decisión de septiembre de Estados Unidos de dejar la tasa de los fondos federales sin cambios fue inútil. La volatilidad extrema del mercado de valores en agosto también redujo los volúmenes transaccionales entre los clientes ricos de Asia.

Pero el verdadero catalizador es un fuerte aumento en las estipulaciones de capital –algo que afecta a todos los bancos–. El regulador suizo Finma ha requerido durante más de un año a UBS y sus rivales domésticos que acumulen más capital, principalmente ante préstamos hipotecarios y el riesgo de crédito de banca de inversión.

Mantener altos los rendimientos no será fácil. Los supervisores bancarios globales con sede en Basilea están ideando un nuevo conjunto de requisitos de capital más estrictos que entrarán en vigor en unos pocos años.

UBS todavía tiene muchos activos por impuestos de la era de crisis que puede utilizar para mantener altos los pagos a los inversores.

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