Los mercados demandan estabilidad
Los mercados se preparan para recibir una ola de colocaciones en Bolsa tras las elecciones del próximo 20 de diciembre. La banca de inversión calienta los motores para asistir, una vez pasado ese rubicón del 20D y salvo sorpresas de última hora, a una decena de salidas a Bolsa, además de ventas directas y ampliaciones de capital. Todo ello tras un ejercicio, el actual, que se habrá cerrado con seis colocaciones bursátiles por cerca de 8.000 millones de euros. Se trata de la cifra más alta desde 2007, un año en el que se rozaron los 11.000 millones repartidos en once estrenos en el parqué.
Entre los posibles debuts más esperados por el mercado figuran nombres como el del gigante hospitalario Quirón Salud, nacido de la fusión de IDC salud y Quirón –con una valoración de entrada cercana a los 5.000 millones de euros–, Parques Reunidos, Cortefiel o Telepizza, entre otros. En el sector bancario, los inversores aguardan con expectación la confirmación de salidas como la de Unicaja, que se comprometió a debutar antes de marzo de 2017, Ibercaja o BMN, que espera el momento de su privatización. A ello hay que sumar otras empresas que han manifestado más o menos claramente su intención de estrenarse en el parqué, como Coca-Cola European Parners, Dominion o Aernnova.
El éxito de estas y otras operaciones dependerá de que el 20D inaugure en España una legislatura con la suficiente estabilidad política como para desterrar incertidumbres que puedan afectar negativamente a la confianza de los inversores. Ello explica que las compañías que están casi listas para salir al mercado prefieran esperar hasta el resultado de los comicios –especialmente en el caso de las que forman parte de sectores regulados o ligados al sector público– y desterrar así cualquier tipo de inquietud acerca de las condiciones que puedan determinar el futuro inmediato de la actividad empresarial en nuestro país.
Sea cual sea el resultado de las elecciones generales de diciembre, que apunta a un escenario en el que no parecen probables las mayorías absolutas y sí la necesidad de pactos para gobernar, España debe mantener las reglas de juego políticas, económicas e institucionales que han permitido al país recuperar la confianza de los inversores y han colocado a nuestra economía en la senda de la recuperación. Más allá del lógico y legítimo cambio de orientación que determine el triunfo de una u otra fuerza política, existen una serie de cuestiones que no deben ser puestas en duda bajo ningún concepto, sea quien sea el partido que gobierne. Es el caso de la integridad territorial del Estado, el respeto a las reglas de juego de la economía de mercado y la necesidad de continuar con las reformas necesarias para consolidar la recuperación y desarrollar un nuevo modelo productivo.