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Datos para pensar.

Una recesión, como casi todo lo importante en la realidad, es mucho más difícil de definir de lo que parece. Si bien se ha extendido la idea de que dos trimestres consecutivos de caída del PIB es la definición de recesión [1] la verdad es que una recesión es la disminución o pérdida generalizada de la actividad económica de un país o región. Por ello son más las variables que hay que mirar para analizar un periodo de recesión.

En concreto una recesión sería una reducción la producción de bienes y servicios (producción industrial), el consumo (las ventas minoristas), la inversión, el empleo, las expectativas (PMI confianza del consumidor,…). Algunos añaden la inflación (suele bajar durante las recesiones dado que la caída de la demanda de materias primas hace caer sus precios, el desempleo hace que los salarios suban a un ritmo menor) el beneficio de las empresas (con la caída de la actividad se vende menos y caen sus ingresos mientras que los costes – sobretodo salariales- se resisten a caer a la misma velocidad) o las cotizaciones de los índices bursátiles (por la situación de los beneficios de las empresa que cotizan), pero son menos habituales.

Veamos ahora los datos:

Producción industrial

Creciendo al 0,9% interanual encadena en julio lleva casi 8 meses continuados de descensos mensuales (a excepción de junio pasado que creció un 0,9% mensual) y una capacidad utilizada que ha descendido 0,4 puntos hasta los 77,6 y que tras el repunte de noviembre pasado ha caído en 1,4 puntos de manera continuada.

Ventas minoristas

A falta de conocer el IPC de agosto que se publica esta tarde (lo he calculado un 0,0% de incremento mensual) las ventas minoristas reales crecen a tan solo el 1,9% interanual y descendiendo. Las ventas minoristas semestrales marcan claramente una tendencia a la baja desde principios de año. El nivel no es demasiado malo, pero la tendencia es preocupante ya que nos habían avisado que una caída del precio de la gasolina amentaría el poder de compra de los consumidores. Aunque inicialmente fue así (repunte de mediados del 2014), el efecto se está diluyendo y volvemosa una tendencia a la baja en la tasa de crecimiento. El nivel habitual de crecimiento de las ventas minoristas en una economía boyante es del entorno del 4-6% interanual.

Inversión

Los pedidos de bienes duraderos, un habitual buen estimador de la inversión empresarial, está en tasa negativas interanuales desde noviembre (excluyendo el repunte al 3,2% en enero) del año pasado. El epígrafe de transporte suele distorsionar el dato por lo que es más útil hacer un análisis sin tenerlo en cuenta. Pero la situación no varía mucho. Desde enero pasado la tasa de crecimiento de este indicador es negativa y se sitúa en julio en el -2,5% y en términos reales en el -3,8%. Aunque algo mejor que el -4,5% y -5,8% registrado en junio respectivamente.

Algo parecido pasa con los pedidos de fábrica

En ninguno de los dos indicadores se han alcanzado (casi ni siquiera en términos nominales) los niveles de actividad del 2007, salvo la distorsión provocada por un pedido del sector de aviación de julio del año pasado ya que los índices que graficamos es el del total, sin hacer exclusión de los pedidos del sector de transporte.

Empleo

Aquí, a priori, parecen encontrarse los mayores logros. La tasa de paro está en el 5,1% que habitualmente podría considerarse de pleno empleo. Pero esta realidad está distorsionada por una inusual caída (no explicable por los argumentos que esgrime la Reserva Federal) y que nos retrotrae a los niveles existentes a finales de los años 70’s cuando la incorporación femenina al mercado laboral era prácticamente una novedad. Ello hace poco defendible la idea del pleno empleo, pues no se dan las circunstancias habitualmente ligadas a ello: tasa de actividad al alza, altos incrementos salariales, bajos niveles de asistencia en los programas de ayuda alimentaria a la población por parte de las autoridades sociales del país, etc.,…

Todo conoce mi opinión a este respecto y se puede consultar otras entradas de este blog para comprobar lo poco que la realidad inventada se parece a la realidad con mayúsculas.

Solo quiero hablar de los programas de ayuda alimentaria en los EE.UU. y lo resalto pues es sintomático de las “recuperaciones” que no lo son tanto (solo burbujas) a las que hemos asistido desde el año 2.000 y que ahondan en la desigualdad de riqueza y que puede estar detrás de mucho de los problemas estructurales que aquejan a economía americana (y occidentales) y que no se resuelven con Política Monetaria.

Expectativas

Sector manufacturero. El nivel registrado del Empire State index en agosto es el peor desde abril de 2009. Cualquier número positivo indica una mejora de las condiciones, mientras que el negativo refleja un empeoramiento de las mismas. Pero no sólo es malo el dato general, el componente de nuevos pedidos ha caído a -15,7 desde el -3,5 del mes anterior, registrando así su nivel más bajo desde noviembre de 2010, y el índice de envíos se ha hundido hasta -13,8 desde el 7,9 previo. Por su parte, el de inventarios ha caído a -17,3 desde -8,5. Frente a ello, curiosamente, el índice para la futura actividad empresarial, a seis meses vista, ha subido siete puntos, hasta los 33,6 desde los 27,0 anteriores.

El dato del ISM manufacturero se situó en los 51,1 puntos en agosto, frente a los 52,5 que esperaba el mercado y los 52,7 puntos de julio. La lectura del pasado mes suponen mínimos de mayo de 2012. El índice se redujo por segundo mes consecutivo, pero se mantuvo por encima de 50. Una lectura por debajo de ese nivel indica que la actividad manufacturera está en contracción. Algunos fabricantes de EEUU acusaron la revalorización del dólar en los últimos meses. Un dólar fuerte perjudica sus negocios en el extranjero, por lo que hay el temor de que el índice perfore a la baja la barrera de los 50 puntos en el futuro cercano.

Consumidores. Aquí debemos mirar a los índices de confianza del consumidor que elaboran el Conference Board y la Universidad de Michigan. Ambos indicadores de confianza se encuentran en sus niveles de media histórica. Han llegado a estar del orden del 10% por encima de su media y observamos el mismo patrón que en otros indicadores analizados: la recuperación el 2007 no lo fue tanto ya que apenas se expandió un 20-25% por encima de su media cuando en el 2000 la expansión fue del 30-60%. ¿Adivinamos de donde vienen los problemas?

NOTAS:

  1. Opinión emitida por Julius Shiskin en un artículo publicado en el diario New York Times en 1975.

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