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Cartera nueva para la vuelta al cole

Tiempo de examinar los activos invertidos

China nos ha dado el verano. Las preocupantes noticias sobre su economía probablemente hayan ensombrecido en algún momento sus horas de relax y de descanso y le hayan hecho preguntarse si debía acometer algún cambio en su cartera de inversión. La contestación de los expertos es, mayoritariamente, sí. Y no solo por China, sino porque tradicionalmente septiembre se considera un buen mes para empezar renovados un nuevo curso de inversión.

A la hora de elegir una nueva inversión, cada ahorrador debe tener en cuenta su perfil y su objetivo, el nivel de riesgo que está dispuesto a asumir y el plazo durante el cual puede mantener esa inversión. Así, Marian Fernández, directora de estrategia de Andbank, tiene claro que para decidir correctamente cambios en nuestras carteras, “el punto de partida ha de ser siempre el perfil del cliente, su preferencia o aversión al riesgo. A partir de ahí, el horizonte de inversión es clave; por último, la rentabilidad esperada y la volatilidad de los mercados”. Efectivamente, lo más importante es lograr el binomio rentabilidad/riesgo adecuado “y siempre ajustando por el riesgo y no por la rentabilidad”, apunta Fidel Guillén de Lope, gestor de patrimonios de Ibercaja.

“Tomar decisiones de inversión no es algo que nadie deba tomarse a la ligera”. Así de rotundo se muestra José Luis Blázquez, miembro de EFPA España, quien cuestiona la hipótesis de partida, ya que “no todos somos capaces de tomar decisiones de inversión por nuestra cuenta. De hecho, son muy pocos los que pueden hacerlo. Solo los profesionales con experiencia y conocimiento profundo del mercado financiero”. Por tanto, lo primero que uno necesita es una entidad/asesor con alto nivel de formación que le ayude. “A partir de ahí, “el soporte a cualquier decisión debe provenir de un profundo conocimiento del mercado y, por ende, los productos y tipos de activo a través de los cuales tener exposición al mercado”.

Aurelio García del Barrio, director del Máster Global de Finanzas del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), explica que cuando uno se decide a invertir en Bolsa, se deben conjugar los principios de rentabilidad, seguridad y liquidez. “Sin embargo, estos principios tienen un alto grado de incompatibilidad entre sí, dado que un valor muy rentable no suele ser el más seguro, un valor muy líquido puede ser poco rentable y un valor muy seguro puede ser poco líquido”.

MOVER O NO MOVER LA CARTERA

Otra pregunta que se pueden hacer los inversores no profesionales tiene que ver con cada cuánto tiempo habría que dar una vuelta a nuestras estrategias de inversión. ¿Es mejor renovación constante o periódica y puntual?

“Septiembre es un buen mes para revisar posiciones, ya que después del verano se reactivan las operaciones”, asegura García del Barrio. No obstante, apunta que la cartera se deberá renovar antes o después, dependiendo del perfil de riesgo: “Para un inversor sistemático será periódica, mientras que para un inversor más especulador será constante”.

“Nuestra recomendación es una rotación baja, con un perfil de riesgo sostenido en el tiempo. Una cartera con compañías que crezcan en ventas y mantengan los márgenes nos llevará a tener que hacer pocos cambios”, aseguran los expertos de Ibercaja. Y en este punto, aclaran que “no hay que confundir rotación baja con no realizar un seguimiento adecuado de la cartera, que debe ser muy frecuente”.

Así no nos pasarán desapercibidos, por ejemplo, cambios en las políticas de los bancos centrales (subidas de tipos, finalización de los programas de recompra de deuda...) que desencadenan movimientos de ajuste de la cartera. Además, “si la inversión es a través de fondos de inversión, será muy importante conocer la estrategia de inversión del gestor y su flexibilidad a la hora de adaptarse a diferentes escenarios”, advierten desde la caja.

En Andbank también son partidarios de un seguimiento constante, tratando de aislar la visión estratégica de movimientos de corto plazo de los mercados, “pero a la vez, no dejar de revisar lo ocurrido con ojos nuevos, para evitar insistir en posibles visiones erróneas. Los mercados no entienden de años naturales, así, muchas veces adelantan a los últimos meses del año lo que se espera para el año siguiente”, señala Marian Fernández.

Para Blázquez, de EFPA, “la validez de las estrategias de inversión, siendo exagerado, nace cada día. El chequeo de la realidad económica y personal implica el sometimiento continuo de nuestras estrategias de inversión a un proceso crítico de pensamiento. No todos los días tendremos un evento de cambio, pero hay que estar atento a si este se produce”. “A partir de aquí”, opina, “no es bueno ni mucha frecuencia, dados los costes fiscales y de transacción, ni tampoco ser un inmovilista o fan del larguísimo plazo, ya que se incurriría en costes de desactualización”.

¿Y cómo debemos renovar la cartera tras lo ocurrido en China en los últimos meses? En Ibercaja creen que además de la posible bajada en el crecimiento mundial, hay que estar atentos a lo que ocurra con los tipos en Estados Unidos y a la bajada del precio de las materias primas y sus consecuencias en Latinoamérica y los países emergentes. En ese contexto, “nuestra principal apuesta para este fin de año sigue siendo Europa, intentando evitar exposición a emergentes, Latinoamérica y China”. Además, la renta fija se encuentra “muy cara”. Por el contrario, apuntan que la renta variable, después de caídas del 20% desde los máximos de abril, vuelve a tener una valoración atractiva, sobre todo en el Viejo Continente. “No obstante, las Bolsas no está exentas de una elevada volatilidad y, por tanto, el porcentaje que cada ahorrador tenga en su cartera depende directamente de su perfil de riesgo”, terminan recomendando en la caja.

Para inversores conservadores, sin embargo, Fernández, sí ve oportunidades en renta fija, “tanto entre los gubernamentales periféricos como dentro de los corporativos”. Asimismo, en la medida de lo posible, la renta variable ha de seguir en cartera, ya que “recortes como los vividos en este último mes han dejado con importante atractivo muchos valores, particularmente europeos”.

García del Barrio, por su parte, recomienda “concentrar la cartera en mercados más desarrollados y en sectores y valores más sólidos, así como los fondos mixtos, que combinan la renta fija y la renta variable, y sobre todo la diversificación como mejor herramienta de gestión del riesgo”. Advierte también de que “esta subida de tipos moverá capitales de la renta variable hacia la fija, y España puede ser unos de los países afectados, viendo cómo inversores desvían sus fondos hacia la renta fija en fondos americanos”.

Sin pasar por Hacienda

Es importante recordar que se puede cambiar de un fondo de inversión a otro –incluso aunque pertenezcan a diferentes gestoras– cuantas veces quiera, sin tener por ello que tributar hasta que se produzca el reembolso de las participaciones.

Seis reflexiones antes de decidir

OBJETIVOParece una obviedad, pero conocer la razón de por qué quiere ahorrar o invertir es la primera reflexión que debe hacerse cuando se dispone a mover su dinero. Su actuación variará mucho en función de lo que quiera conseguir.

COMPRENSIÓN Nunca invierta en un producto cuyas características no entienda bien. Tómese su tiempo para leerse a fondo los folletos informativos y solicite toda la información adicional que necesite para no quedarse con dudas.

ASESORAMIENTOQuién mejor que un profesional, preferiblemente que sea independiente, para recomendarle el producto que mejor se adecúe a sus características e intereses como inversor, reflexionan desde la división española de la Asociación Europea de Planificadores Financieros (EFPA, por sus siglas en inglés). En España estamos acostumbrados a que nos recomienden de forma aparentemente gratuita –normalmente, en nuestra sucursal bancaria–, pero en Europa lo habitual es pagar por recibir asesoramiento.

RENTABILIDAD/RIESGOSegún el director del Global MBA del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), se debe evaluar cuál es el nivel de tolerancia a las variaciones asociadas al precio de los activos versus lo que se espera ganar con la inversión. Por ejemplo, un inversionista con baja tolerancia al riesgo, probablemente no invertirá en acciones dada la volatilidad de su precio, aun cuando de esta forma podría obtener una rentabilidad mayor. El nivel de riesgo tolerado es una característica de cada persona y del objetivo de la inversión.

PLAZOEs necesario sopesar de cuánto tiempo se dispone para mantener la inversión. A mayor horizonte, mayor riesgo podrá asumir. No obstante, si el producto elegido tiene fecha de vencimiento y necesita desinvertir antes de finalizar ese plazo, tendrá una penalización que puede llegar a ser muy importante.

COSTES Analice y tenga muy en cuenta todas las comisiones que le pueden cobrar y calcule siempre la rentabilidad restando esos costes. Por ejemplo, cuanto más sencillo sea un fondo de inversión, menor comisión le deberían cobrar. Las más altas están reservadas para aquellos productos que requieren una gestión muy activa.

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