Enagás, el encaje de un valor defensivo en el nuevo ciclo
En un momento en que las apuestas de recomendación para la Bolsa española se concentran en valores expuestos al ciclo económico doméstico, Enagás ha perdido el brillo que tuvo en los momentos más difíciles entre las recomendaciones de los analistas. Su carácter defensivo la convirtió en apuesta segura con la que refugiarse de las turbulencias del pinchazo inmobiliario español y de la deuda soberana europea, pero la empresa que gestiona el sistema gasista sigue contando con valores propios con los que defender su atractivo.
Es más, en un contexto de volatilidad como el actual, con grandes frentes abiertos en el mercado como el cambio de rumbo de la política monetaria de la Fed o la amenaza de desaceleración descontrolada en China, Enagás también vuelve a la primera línea por sus condiciones de refugio.
En la última semana ha recibido dos mejoras de recomendación, a comprar, por parte de Santander y Mediobanca. Así, el consejo de adquirir acciones de Enagás sigue siendo mayoritario de acuerdo con el consenso de analistas de Bloomberg: un 45,2% del total, frente al 41,9% que apuesta por mantener y el 12,9% que recomienda vender. Los títulos de Enagás acusan un descenso del 4,1% en lo que va de año, con lo que se rompería una racha de seis ejercicios consecutivos de ascensos, coincidiendo con la crisis, y que superaron los dos dígitos en los últimos tres.
Para Société Générale, Enagás sigue siendo “una opción defensiva bastante atractiva”, tratándose de una empresa de negocio regulado. La firma francesa decidió elevar su recomendación sobre el valor desde mantener a comprar a la vista del castigo sufrido a finales de agosto. Destaca que tiene una limitada exposición a un menor crecimiento económico en Europa y América Latina y que posee aún capacidad para abordar nuevas inversiones, una partida que en el primer semestre alcanzó los 280,3 millones de euros, de los que 142,6 se dedicaron a inversiones internacionales.
SG advierte sin embargo, como riesgos para el valor, un cambio regulatorio inesperado, el retraso en la ejecución de los proyectos internacionales, el incremento del riesgo soberano y una depreciación del dólar, supuesto que no está ahora en el horizonte ante la expectativa de alza de tipos en EE UU.
Enagás ha ido diversificando su negocio con adquisiciones internacionales, entre las que destaca la compra del 50% de la sueca Swedegas, por 96,5 millones de euros, y de la peruana TpG. “La diversificación internacional aún está poco desarrollada, tienen que dar beneficios”, advierte Javier Esteban, analista de Banco Sabadell. Su recomendación para el valor es de venta, no porque no aprecie potencial en las acciones o vea debilidades en el negocio. “La foto de Enagás es buena en términos absolutos”, reconoce Esteban, que ve sin embargo mayor crecimiento en Red Eléctrica, el otro gran valor defensivo del Ibex, que en Enagás. Un 6,4% frente a un 1,5%. “La rentabilidad por dividendo es similar en ambos valores, pero REE cotiza a múltiplos más atractivos”, añade.
En tiempos de crisis, el gran aliciente para invertir en un valor defensivo como Enagás es el de contar con un negocio regulado, garantía para los ingresos, y el de la rentabilidad por dividendo, en el 5,25%. Enagás prevé un aumento del dividendo por acción desde los 1,32 euros este año a los 1,46 euros en 2017. Pero “también hay que exigir crecimiento”, advierten en Sabadell.
Mediobanca ya tenía en recomendación de sobreponderar a Red Eléctrica y esta semana decidió elevar también a ese nivel su consejo sobre Enagás. Santander también ha mejorado su visión sobre la compañía, con consejo de comprar y aumento del precio objetivo de 26,6 a 27,8 euros por acción. El banco valora los ajustes realizados en la deuda –ha descendido desde los 4.059,1 millones de euros de diciembre a los 3.850,8 millones de junio– y las inversiones en el exterior. Y destaca además que el plan estratégico de Enagás es “realista y alcanzable” y que no hay prevista una nueva revisión del marco regulatorio hasta 2020, después de la reforma acordada el pasado año. Aun así, los analistas no pasan por alto el riesgo de posibles cambios ante las elecciones generales de diciembre, aunque la fragmentación que surja en el parlamento no haría fácil reformas radicales.