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Cómo vender en otro país sin crear una sucursal allí

En cierta medida no habrá ningún problema aunque todo dependerá de la duración, frecuencia y periodicidad con la que se preste el servicio

comercio exterior

Cualquier empresa puede prestar sus servicios en cualquier otro país de la Unión Europea sin necesidad de abrir una sucursal o montar otra compañía. Esta medida resultará muy interesante para aquellos que deseen prestar sus servicios de manera temporal, a un cliente concreto de un país o con ánimo de evaluar las condiciones del mercado antes de expandirse.

Podrá desempeñar su labor en cualquier otro territorio sin tener que someterse a los procedimientos administrativos y normas de dicho país. No obstante, sí que puede existir la obligación de informar previamente a la administración sobre nuestra intención de trabajar en ese estado. En teoría, el país de acogida deberá contar con unos motivos justificados a la hora de imponer sus condiciones.

Pese a que existe esta creencia de que no es preciso constituir una empresa en otro país o abrir una sucursal, en realidad esto dependerá básicamente de la duración, frecuencia y periodicidad con la que se preste el servicio. Hay que tener en consideración las normas que se apliquen en función de los sectores, que pueden ser sanitarios, juegos de azar, financieros, seguridad privada, empresas de trabajo temporal, notaría y servicios de televisión, telecomunicaciones, radiodifusión y servicios que se presten por vía electrónica.

Cuando hay interés por registrar una compañía en otro país de la Unión Europea será preciso cumplir con las leyes nacionales para montar una empresa filial, agencia o sucursal. Por lo general, la mayoría de las normas exigirán la obtención de permisos y el reconocimiento de sus cualificaciones profesionales. En caso de tener dudas, lo mejor es dirigirse a la ventanilla única del país en el que tenga previsto desarrollar sus servicios.

Mismo trato

La Unión Europea prohíbe la discriminación por razones de nacionalidad o lugar de residencia entre los destinatarios de los servicios. No existe la posibilidad de rechazar a posibles clientes de países de la UE ni proporcionarles un trato distinto salvo que se tengan razones justificadas. Esto significa, entre otras cosas, que si vendes productos por internet no puedes negarte a servir a otros territorios de la Unión Europea. Para que no se produzcan confusiones es preciso aclarar en la página web cualquier tipo de restricción en cuanto a la entrega.

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