Rusia puede mantenerse fuerte
La economía de Rusia debería estar en cuidados intensivos. Un precio del petróleo de alrededor de 50 dólares por barril es un desastre: Citigroup estima el PIB cae un 0,8% por cada caída de 10 dólares en el precio del crudo. Si se suma el efecto de las sanciones internacionales, la recesión puede arrastrarse hasta 2016.
Pero el presidente Vladimir Putin tiene formas de compensar el dolor. A pesar de la caída del rublo, la crisis monetaria no se ha materializado. Los pasivos externos en dólares de las empresas rusas parecen manejables. Y una divisa débil también tiene efectos benignos: los gastos estatales y los salarios caen, cubriendo la disminución de los petrodólares. Un rublo más débil ayuda a los agricultores rusos a sustituir las importaciones, e incluso puede impulsar las exportaciones –Renaissance Capital calcula que los sueldos rusos son ahora menores que los de China–.
Hasta el momento, la austeridad no ha dañado demasiado la popularidad de Putin
El Gobierno también tiene recursos para hacer frente a la caída de los ingresos. Rusia tiene una deuda reducida. También cuenta con un fondo de reserva de 4,27 billones de rublos (unos 57.000 millones de euros) para ayudar a financiar déficits e inversión. Incluso si una recesión duradera empuja al alza las pérdidas bancarias, las entidades parecen relativamente protegidas.
Es un frágil equilibrio. El Gobierno quiere equilibrar su presupuesto fiscal para el año 2018. Si el precio del petróleo no se recupera, los profundos recortes de gastos serán inevitables incluso si la economía se estanca. Es probable que el Gobierno congele parcialmente las pensiones. Hasta el momento, la austeridad no ha dañado demasiado la popularidad de Putin. Contribuye a que el desempleo se haya mantenido bajo en poco más del 5%.
Puede que la política actual alivie los retos a largo plazo de Rusia. Las compañías nacionales tendrán dificultades para beneficiarse adecuadamente de un rublo a la baja, siempre y cuando las sanciones impidan el acceso a fondos internacionales y la inversión sufra por la corrupción y un estado autoritario. Sin embargo, a no ser que haya una sacudida más en la moneda o un aumento de las sanciones económicas, Rusia puede resistir a la crisis del petróleo.