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Tribuna
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No se trata de qué, sino de quién

Hace algún tiempo, mientras zapeaba, descubrí un programa de la CNBC llamado The Profit, un programa que busca sacar de la quiebra a pequeñas empresas con problemas financieros. La figura de Marcus Lemonis, empresario de éxito y conductor del programa, y su estrategia para rescatar empresas con dificultad, despertaron mi curiosidad.

Comprobé que en cada episodio del programa se repetía la fórmula de su estrategia. Una fórmula simple, precisa y fundamental para subrayar su enfoque: personas, proceso y producto. Ahondando más en su perfil, comprobé en una entrevista en Forbes, que Lemonis menciona que él siempre está dispuesto a invertir en negocios que, al menos, tengan dos de estas tres variables, pero que es obligatorio que una de ellas sea personas.

Las personas son el centro de todos los negocios. El mundo empresarial está basado en relaciones y las relaciones están basadas en personas. Y estoy de acuerdo con él, ¿quién no preferiría ir a un restaurante medio que esté gestionado por gente extraordinaria antes que ir a un restaurante más destacado que esté gestionado y servido por gente poco competente?

Echando la vista atrás, puedo decir que las personas han sido siempre una razón fundamental para quedarme, invertir, o continuar mi camino. Muchas veces se habla de compañías que invierten en personas, pero es realmente la persona quien invierte en una compañía. Es algo mutuo: tiempo, trabajo y coste de oportunidad. En educación o en el terreno profesional, nuestras decisiones deberían tomarse siempre en torno a un quién. Si encuentras a gente que pueda y esté dispuesta a invertir en ti, entonces siempre merece la pena apostar y quedarse.

En esta misma línea, Brandon Busteed, director ejecutivo de educación y desarrollo laboral para la consultora Gallup, escribió un magnífico artículo titulado Las dos cuestiones más importantes para los graduados. El artículo afirma que, según las investigaciones, los elementos de éxito más importantes dependen de cómo respondemos a estas cuestiones: ¿hay alguien que estimule tu desarrollo? y ¿tienes la oportunidad de hacer lo que se te da mejor cada día?

El elemento más importante continúa siendo sobre quién y no sobre qué. En ocasiones, no tenemos control directo sobre los qués: nuestros recursos son limitados y sin embargo, más a menudo que menos, esto nos lleva a innovar y ser resolutivos. Las propias fronteras se convierten en el marco en el que actuar y triunfar. Pero para lograrlo, se necesita a alguien que estimule el desarrollo.

Como tercer y último ejemplo, me gustaría señalar a Ken Robinson y su conferencia TED titulada Bring on the learning revolution! (algo así como ¡Provoca la revolución del aprendizaje!). Si todavía no han tenido la oportunidad de verla, les animo a hacerlo. Es el tipo de charla que les hará llorar, reír y sentir la inspiración para ser parte de un movimiento. En su charla, Robinson afirma lo siguiente:

“Los recursos humanos son como los recursos naturales: a menudo se encuentran profundamente enterrados. Tienes que salir en busca de ellos, no se encuentran en la superficie. Debes crear las circunstancias en las que se dejen ver. Puedes imaginar que la educación sería la manera en que esto sucede pero, con demasiada frecuencia, no lo es”.

Quizás, para mis colegas relacionados con los recursos humanos, el concepto de las personas entendidas como un recurso natural y siempre preciado sea algo sobre lo que hayan reflexionado. Al trabajar en el ámbito de la educación superior, en reclutamiento y admisión de estudiantes, me siento a menudo de esta manera: los estudiantes poseen una riqueza de talentos que muchas veces no resulta evidente a primera vista. Uno de mis retos consiste en encontrar maneras de hacer estos talentos más evidentes y contribuir a que la educación que reciben contribuya a generar las circunstancias que necesitan para triunfar.

Tanto en el ámbito de la educación como en el mundo de la empresa, se trata de alguien ayudando a otros a encontrar sus qués –aquello que hacen mejor–, y animarles a hacerlo cada día. En palabras del experto en liderazgo Simon Sinek, un alguien que inspire a otros a hacer aquello que les inspira a ellos.

Mark Cintron es responsable de admisiones internacionales en Schiller International University en Madrid.

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