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Contagio a nivel global

¿Por qué nos afectan tanto los problemas económicos chinos?

Crisis China

Desde hace unos meses hemos puesto el foco en China. La importancia de esta economía a nivel global está llevando a que sus problemas contagien a la totalidad de las economías mundiales y que hayan castigado a la bolsa española en unos términos desconocidos desde lo peor de la crisis que si afectó a España de forma directa. ¿Por qué este efecto tan importante? ¿Estamos tan expuestos a China?

En general y de forma directa no. De hecho, nuestras relaciones económicas están bastante desequilibradas, exportamos poco, aunque vayamos creciendo porcentualmente de forma importante y en lo contrario, importamos mucho. En general, si fuéramos un importante exportador (compañías como las automovilísticas alemanas, por ejemplo, han crecido de forma considerable en este mercado) el efecto económico sería significativo y claro. Si se pierde poder adquisitivo en China, se vende menos y cae la economía. ¿Pero cómo afecta a las importaciones? Tras la decisión de que el fondo de pensiones chino pueda invertir en su Bolsa nacional, vuelve a crecer la posibilidad de nuevas devaluaciones del Yuan como las realizadas hace dos semanas. Si se produce y China vende más barato, se desplazará más producción propia, que en muchos sectores se había recuperado en los últimos años en gran parte de los países desarrollados.

Contagio demoledor en las economías emergentes

Pero en lo que nos afecta gravemente a España y a muchas empresas cotizadas es el efecto sobre las economías emergentes, donde depende buena parte de sus beneficios. Las exportaciones de materias primas y de productos intermedios de toda índole, desde minerales, productos energéticos o incluso soja amenazan las economías de buena parte de los países de Asia y especialmente Iberoamérica, donde si confluyen los intereses de empresas y capitales españoles.

Venezuela, Perú, Argentina y especialmente Brasil son ejemplos de economías muy dependientes al volumen de venta de sus productos y su precio. De todos ellos destaca Brasil, que ya viene acumulando dudas antes de que los problemas de la economía China tomen relevancia. La incertidumbre política y el parón de inversión pública cuando finalicen los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, abren un horizonte muy complicado para el país carioca que, por ejemplo, es el que proporciona más beneficios a Banco Santander.

Euro y petróleo, otros dos efectos colaterales

Los movimientos de divisas y de precios de materias primas los estamos viendo muy claramente en la evolución del precio del petróleo y de la cotización euro/dólar. El primero, tras recuperar su precio tras la caída brusca del 2014 por un mayor acopio de reservas ha visto desplomar su precio este mes de agosto. Queda claro con este movimiento que aunque la composición de sus precios depende de muchos aspectos, en este momento es la caída de la demanda la que está desplomando los precios, sin que los productores muevan ficha.

Muchos de los productores no les queda otra que vender aunque sea a precios bajos: Nigeria, Rusia, Venezuela y ahora Irán tras años de sanciones, con lo que no bajarán producción, incluso en el caso de la República Islámica, lo contrario. El clásico amortiguador de precios, Arabia Saudí, tampoco, por otros motivos, con esos precios se expulsa producción de petróleo caro como el que se produce por fracking en Estados Unidos. Con lo que a igualdad de producción, si China necesita menos petróleo, el precio cae sin que haya motivos para una elevación de precio en el medio plazo.

En medio de todo esto, el consumidor está viendo como cae el precio de gasolina y se debe no sólo por el petróleo más barato, también por la inesperada recuperación del euro frente al dólar. Tras casi rozar el cambio paritario hace unos meses ahora ha llegado a superar los 1,15 dólares por cada euro. Tras darse como seguro la subida de tipos en Estados Unidos esta no ha llegado y las palabras de la FED de que se hará este año han perdido fuerza, más desde la devaluación del Yuan.

¿Qué puede hacer el inversor?

Ya estamos viendo como algunos analistas apuestan por comprar tras la dura caída de estos días. Puede que haya buenas oportunidades y si la situación se estabiliza ganancias en el corto plazo, pero no deja de ser muy arriesgado y algo muy alejado del inversor medio que puede verse atrapado en un mercado inestable y con pérdidas.

En el lado contrario las ventas no deben dejarse llevar por el miedo o el pánico. Si se mantiene plusvalías importantes puede retirar inversiones, pero aunque el miedo es siempre libre, hacerlo compulsivamente por temor a acumular más pérdidas no suele ser lo adecuado. Para la mayoría de los inversores corrientes, bolsas y fondos son instrumentos de inversión a largo plazo y no debe nunca perderse esta perspectiva aunque tengamos crisis o incertidumbres como las actuales.

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