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Columna
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Bruselas amenaza a Hollywood

La Comisión Europea acusa a las grandes productoras de no dar a los suscriptores europeos de televisión de pago un acceso justo a sus películas. Si los cargos siguen adelante Hollywood puede tener que repensar las prácticas de negocio ante unos ingresos probablemente inferiores.

El régimen actual funciona así. Los estudios de Hollywood venden derechos de distribución exclusivos para las películas de forma que se impide el uso transfronterizo. Pueden cerrar hasta 28 ofertas diferentes con distribuidores en cada uno de los países del bloque de la Unión Europea. Los clientes de televisión de pago, por su parte, recibirán solo acceso a los paquetes de películas premium en sus países de origen.

El 23 de julio, los vigilantes de la competencia de Bruselas formalmente acusaron a Disney, NBC Universal, Paramount Pictures, Sony, Twentieth Century Fox y Warner Bros., junto con el proveedor de televisión de pago Sky UK, de restringir el acceso transfronterizo a los contenidos en cualquier lugar de Europa.

Los estudios están claramente preocupados, y con razón. El entretenimiento para ver en casa se ha convertido en parte del negocio con el declive en la venta de entradas en taquilla.

La pelea tiene lugar en el más grande –y noble– objetivo de hacer un sencillo y justo mercado de bienes y servicios para la UE. Su objetivo es que los consumidores sean los primeros en los que se piense. Pero el mercado de la televisión de pago en Europa no está configurado para eso.

No hay proveedores paneuropeos de televisión. Si el guión se desarrolla, un menor número de distribuidores podrían pujar por los derechos de la película. Eso, a su vez, puede obligar a los estudios de cine que pensar mucho acerca de cuánto invierten en la calidad y variedad de las películas que a los europeos les encanta ver.

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