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Tribuna
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Aprovechemos el potencial de España

Vivimos un momento dulce para el sector. El turismo lleva años tirando de la economía española, pulverizando récords mes tras mes, año tras año, de forma sostenida. En el primer semestre de 2015 se han superado los 29 millones de turistas, lo que supone un incremento superior al 4% con respecto al mismo periodo de 2014. Es decir, 1,2 millones de visitantes adicionales. Pero es que las perspectivas para este verano y lo que queda del año también son excelentes, y buena prueba de ello es el buen comportamiento de la creación de empleo.

Al buen comportamiento de la demanda externa, de turistas extranjeros que nos eligen como destino de sus vacaciones, este año se une un fuerte crecimiento de la demanda interna como consecuencia de la mejora de la economía.

Es obvio que el sector hotelero es uno de los grandes beneficiarios de este boom turístico, aunque ya en clave local, no dejan de aparecer competidores tradicionales y otros alternativos que hacen que este aumento importante de la demanda externa no se vea reflejado en el mismo porcentaje en el aumento de la facturación de los hoteles. Y no es menos obvio es que este boom es posible gracias a la amplia y variada oferta de alojamientos disponibles.

Es un hecho objetivo que nuestro país cuenta con una de las mejores ofertas de alojamiento en todo el mundo, tanto por número y ubicación, como por calidad. Y esta oferta no deja de aumentar día a día con todo tipo de alojamientos alternativos.

Tenemos la oportunidad histórica de seguir alimentando entre todos un círculo virtuoso, promoviendo que el turista que nos visita repita año tras año y anime a los integrantes de su círculo de influencia a imitarles y que nos elijan. Que elijan alguno de los impresionantes destinos que ofrece España como lugar de descanso, veraneo o esparcimiento. Y es que tenemos oferta variada para todos los gustos y bolsillos, con una calidad/precio imbatibles en los diferentes segmentos.

Permítanme hacer un paralelismo muy básico entre la gestión de un hotel y la gestión del turismo de España. Como gestor al frente de una cadena de hoteles, una de mis principales prioridades es asegurar unos ingresos crecientes, controlando los gastos para asegurar un retorno razonable a la inversión de los accionistas. Aumentar las ventas tiene poco misterio: mejorar la ocupación media, mejorar los precios, aumentar la oferta de habitaciones o una mezcla de los anteriores. El misterio pasa de poco a mucho cuando en la coctelera añadimos la amplísima oferta de nuestros competidores. Es ahí donde entra en juego el arte de fidelizar a los huéspedes habituales, adquirir nuevos clientes y conseguir que las personas que nos eligen gasten más en nuestros establecimientos.

Al igual que como hoteleros, como país destino tenemos una competencia prácticamente ilimitada y global. Simplemente el hecho de mantener las cifras actuales (que no olvidemos que constituyen un récord histórico sin precedentes), es un auténtico reto.

Ante este panorama nos hacemos la siguiente pregunta: ¿cómo podemos conseguir no sólo mantener las cifras actuales, sino mejorarlas año tras año? Pues igual que en el caso de los hoteles: manteniéndonos como el destino de referencia de los turistas que ya nos han probado, consiguiendo que personas que no nos conocen nos visiten por primera vez para tener la oportunidad de captarlos y fidelizarlos y, por último, logrando que una vez que eligen España, gasten más tiempo y dinero en nuestra geografía.

Como los recursos de promoción son muy escasos, hay que elegir bien la cesta donde queremos poner nuestro tiempo, dinero y energía. Soy un firme defensor de la idea de que es más rentable invertir en medios que están a nuestro alcance, cuidar a los clientes que ya lo son, que ya están perfectamente identificados y al alcance inmediato de nuestra mano.

Agasajando a las personas que ya han confiado en nosotros, tenemos mucho camino recorrido. Dejemos que sean ellos quienes hagan el trabajo de promoción de España en sus países de origen, entre sus amigos y conocidos como prescriptores de la manida marca España. Lo harán mejor y serán mucho más persuasivo que nosotros.

Insisto en que estamos viviendo un momento único para mimar al turista que elige España, haciendo valer la enorme calidad de nuestra planta hotelera, de nuestra cultura, patrimonio histórico, gastronomía, paisajes... y sobre todo de nuestra vocación de servicio. El factor humano es clave en toda esta historia. En general somos un pueblo alegre, hospitalario, que sabe disfrutar de la vida y que está ansioso por compartir ese saber vivir con todos aquellos que se acercan a nuestra tierra. Esas sensaciones que se lleva un turista al visitarnos son únicas y constituyen experiencias difícilmente clonables, que otros destinos competidores se empeñan en imitar sin éxito.

Desde aquí animo a que todos tratemos de manera exquisita al visitante, intentando superar sus expectativas una y otra vez, ofreciendo experiencias auténticas, únicas y especiales que le hagan pregonar a los cuatro vientos el dicho “Spain is different”. Sólo así conseguiremos que estas personas repitan, año tras año, y que animen a sus amigos a venir aquí a vivirlo en persona.

Siguiendo estos pasos no tengo ninguna duda que la cifra de turistas seguirá en curva ascendente, año tras año, porque realmente tenemos una “España diferente”.

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