Optimismo económico y ruido político
El Global CEO Outlook elaborado por KPMG revela que los grandes empresarios auguran al menos tres años de fuerte crecimiento de la actividad, que proporcionarán buenos retornos a sus negocios y que les permitirán generar elevadas tasas de empleo. En el caso de España, cuyo optimismo empresarial solo es superado por el de los gestores de las empresas chinas, advierten que centrarán sus esfuerzos en la búsqueda de nuevas estrategias de crecimiento para aprovechar mejor la intensa oleada de la demanda de bienes y servicios, aunque también siguen centrando su atención en la optimización de los costes. Pero llama la atención también como han desplazado ya definitivamente el foco hacia el fomento de la innovación en los procesos productivos, y en la búsqueda de nuevos mercados geográficos para aprovechar también el plus de competitividad que proporciona la ganancia en tal variable en los últimos años en España.
De forma casi unánime los gestores de las empresas dan por definitivamente recuperada la confianza en la economía española, en una percepción que coincide con la que los consumidores en general aprecian también ya, hasta el punto de haber colocado el indicador elaborado por la UE en tasas positivas por vez primera en la historia.
En el perfil de la recuperación de la economía advierten que este año y 2017 serán los que mejores retornos proporcionen, y que mejor reflejo tendrán en el empleo, cuyo avance agregado se mueve en horquillas que oscilan entre el 6% (los más modestos) y el 25% (los más generosos). Tales incrementos son bastante compatibles con las previsiones optimistas que maneja el Gobierno, y que bien podrían cumplirse en caso de que la estabilidad mundial, los estímulos monetarios del BCE y la caída de los precios de las materias primas se mantengan.
Pero los empresarios consultados en la encuesta, realizada en mayo y junio, hacen absoluta abstracción del ruido e incertidumbre política en el país, tanto a nival nacional como con el que pueda proporcionar de nuevo el proceso soberanista reactivado la semana pasada en Cataluña. Y no es esa precisamente la sensación que tienen los analistas económicos y los empresarios de sociedades más pequeñas y que concentran su actividad en el mercado nacional. Estiman que se precisa más seguridad sobre la continuidad de las políticas económicas reformistas, sea con este Gobierno o con otro, unitario o de coalición. La sola cercanía de las elecciones ya ha tenido alguna consecuencia de ralentización de la actividad para el segundo semestre, precisamente cuando más se precisa consolidar una recuperación intensiva en empleo, para lo que se necesita una transformación innegociable del modelo productivo, más volcado en la actividad manufactuerra y en la dependencia de la demanda externa.