Pistoletazo de salida a las cuentas públicas más alegres
El Gobierno ya ha trazado la que será su hoja de ruta de aquí hasta la celebración de las próximas elecciones generales. Consciente de tener el Boletín Oficial del Estado (BOE) en su poder, ha apostado por elaborar sus quintos presupuestos de la legislatura, los del próximo ejercicio, y convertirlos en la mejor carta de presentación a su electorado de lo que habrá que hacer en términos de ingresos y gastos para procurar que la recuperación no se desinfle.
Desde Moncloa o la calle Alcalá, sede del Ministerio de Hacienda, se resisten a brindar ese carácter electoralista a las cuentas de 2016 y argumentan que aprobarán el Presupuesto porque “es nuestra obligación y porque hay tiempo para hacerlo”.
Y mientras el discurso oficial sigue inamovible en que la prioridad continúa siendo la reducción del déficit y la contención de la deuda pública para cumplir con los compromisos adquiridos ante Bruselas, lo cierto es que algunas de las medidas adoptadas indican en parte lo contrario.
El adelanto de la rebaja del IRPF prevista para 2016 a este mes de julio, cuyo reglamento será también aprobado hoy, o el anuncio de un complemento adicional a la pensión de las mujeres con hijos que se jubilen a partir de enero es solo una muestra de lo que serán las decisiones del Consejo de Ministros de aquí a final de año.
“En cuanto exista un mínimo margen por la mejora de la recaudación, el Ejecutivo aprobará nuevas ayudas que otorguen un carácter más social a su política económica, superada ya la etapa de los ajustes más duros”, argumentan diversos analistas políticos.
De hecho, por las declaraciones efectuadas por diversos altos cargos de distintos ministerios, se espera un guiño a la inversión, con incrementos significativos, por ejemplo, en la dotación para proyectos ferroviarios. Y también se da por hecha la ampliación del último programa de ayudas a la familia que estaría coordinando el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso.
Además, el Gobierno se ha comprometido a “devolver parte del esfuerzo realizado por los funcionarios durante la crisis”. Primero, se especuló con la devolución del 75% que resta de la paga extra suprimida a estos trabajadores en 2012. Después se rebajó el tono y se circunscribió ese compromiso a los acuerdos que se adopten en la Mesa de la Función Pública. Además de mejoras salariales, los funcionarios demandan incrementos en la tasa de reposición, que ya ha sido incrementada del 10% al 50%, aunque solo para algunos colectivos.
Sin embargo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, fiel a su estilo, rebajó ayer las expectativas que se habían generado ante el Consejo de hoy, que está previsto que apruebe el techo de gasto, el decreto que regula el adelanto de la rebaja fiscal y el nuevo cuadro macro. Dijo que la cifra límite de gasto, referencia imprescindible sobre la que pivotará el Presupuesto de 2016, “estará en línea con el de años anteriores” y advirtió que no habrá “virajes de 180 grados”.
Montoro subrayó que esta clase de presupuestos son los que están sacando a España de la crisis e impulsando la creación de empleo. Y, de nuevo, tal y como reiteran todos los miembros del Ejecutivo de manera casi mecánica, confirmó que “el Gobierno no va a cambiar esta orientación, porque supondría volver a los problemas que había al comienzo de la legislatura”. En consecuencia, quiso “rebajar” las expectativas y recalcó que va a hacer los presupuestos que sabe hacer “y no otros”.
Las cuentas de este año se elaboraron con un límite de gasto de 129.060 millones de euros, un 3,2% menos que en 2014. El Ejecutivo reconoce que los ingresos evolucionan de manera positiva, pero no deja de recordar que en 2016 habrá que reducir los números rojos hasta el 2,8% del PIB.
Pese a estas precauciones, todo apunta a que ese límite de gasto crecerá el próximo año por primera vez en la crisis, aunque lo hará de manera moderada (por debajo de la previsión de aumento del PIB nominal). Así, Montoro logrará un doble objetivo. Por un lado, seguir dando la imagen a los mercados del compromiso de España con la estabilidad presupuestaria y, por otro, conseguir el mandato dado por Mariano Rajoy: “Elaborar unos presupuestos del crecimiento que lleguen a las mayores capas de la sociedad posible”. Expansivos, no, pero alegres, sí.
El FMI sitúa a España como el país que más crecerá este año
La economía española crecerá este año a un ritmo del 3,1%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), que confirmó ayer así su pronóstico del pasado mes de junio, lo que sitúa a España como la economía desarrollada con mejor evolución en 2015, por delante de EE UU, Reino Unido o Alemania.
De cara al próximo año, la institución dirigida por Christine Lagarde espera que el PIB de España registre una ligera desaceleración y aumente a un ritmo del 2,5%, confirmando la estimación del mes pasado, solo por detrás entre las grandes economías avanzadas del 3% previsto para EE UU.
De este modo, el FMI ha revisado seis y cinco décimas al alza respectivamente sus previsiones para España en comparación con el informe de perspectivas publicado el pasado mes de abril, a pesar de la incertidumbre por la situación en Grecia. Desde el FMI expresaron su preocupación cuando se habla de “milagro español”, ya que “un 3% es bueno, pero mirando la tasa de desempleo aún queda mucho para cantar victoria”. “Sentimos bastante optimismo, la tasa de crecimiento en muy buena noticia, pero hay riesgos”, señaló el economista jefe de la institución, Olivier Blanchard.
Revisión de Funcas
En paralelo, ayer también se publicó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estima que la tasa de paro en España cerrará este ejercicio en el 21,5% de la población activa, para moderarse hasta el 19,7% el año que viene, según el último informe Employment Outlook publicado por la institución. De esta manera, la OCDE mejora su previsión de desempleo para España, ya que en el estudio publicado a primeros de junio calculó que la tasa de paro se situará en el 22,3% este año y en el 20,3% el que viene.
Por último, el panel de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) elevó ayer dos décimas la previsión de crecimiento del año, hasta el 3,1% debido a la aceleración del PIB en el segundo trimestre del año.
La nueva previsión supera la de los organismos internacionales, menos las del FMI, aunque se queda por debajo de la nueva cifra que incluirá el Gobierno en el cuadro macroeconómico (3,3%).