“La FIFA desaparecerá de aquí a dos o tres años”
Thomas Kistner, nacido en Karlsruhe (Alemania) en 1958, es periodista de investigación. Se encuentra en Madrid para presentar hoy el libro FIFA Mafia (Editorial Corner), fruto del trabajo de más de veinte años en los que ha seguido de cerca las actividades de esta institución con sede en Suiza. En este volumen narra la supuesta historia criminal de la organización deportiva más influyente del mundo.
Pregunta. El término mafia es muy grave.
Respuesta. El ambiente en el que trabaja la FIFA y todo lo que la rodea es mafioso. Hay un padrino al frente, el señor Blatter [Joseph, fue reelegido presidente de la organización en mayo de 2015 y dimitió el pasado 2 de junio], con una familia detrás y unas políticas de corrupción, sobornos, tráfico de información, chantajes y espionaje. El estilo con el que opera la FIFA me recuerda a las películas de Hollywood sobre Vito Corleone. Me remito al término mafia porque es cierto.
P. Blatter logró su quinto mandato. ¿Toda la FIFA está podrida?
R. Hay mucha más gente que está en el lado oscuro y que está operando de manera irregular de la que hay en el lado honrado. Un ejemplo de este funcionamiento es precisamente el tema de la votaciones. El sistema por el que se elige al presidente es el de un voto por cada país. ¿Bajo qué términos democráticos se fundamenta una elección en la que países que no tienen ni liga profesional tienen el mismo nivel de decisión que, por ejemplo, Alemania o España?
P. ¿Hay solución dentro de esta organización, o hace falta cortar de raíz?
R. Solo hay una manera de solucionarlo. Se necesita un corte radical. Toda esta cultura de la corrupción es como un cáncer creciendo a medida que pasa el tiempo. Como es natural, mucha gente implicada ya está afectada. Todo esto se ha creado en los últimos 35 años, bajo el reinado de un solo hombre, el señor Blatter. No se puede solucionar sacándole a él y a sus allegados, es preciso cambiar absolutamente todo.
P. Tras 35 años, ¿por qué se ha tardado tanto tiempo en destapar el caso?
R. Porque la FIFA no opera como otras organizaciones o empresas. No tiene competidor y aglutina a millones de personas frente al televisor con cada partido. Era muy complicado poder presionarla, ya que controlaba todo. Hemos llegado al momento en el que la situación no podía sostenerse.
P. ¿Qué queda por destapar en este escándalo?
R. Todo. Estamos aún en la punta del iceberg. No sabemos ni el 5% de lo que esconde este caso. El FBI ha comenzado a investigar en América Latina, luego le tocará el turno a África, a Asia y finalizará en Europa.
P. ¿Será Europa el plato fuerte de la investigación?
R. Sí. Yo creo que serán los propios seguidores y amantes del fútbol los que acaben con la organización cuando todo salga a la luz. Cuando descubran los negocios ocultos, la corrupción, la manipulación y los amaños, todo estallará. Bajo mi percepción, podemos hablar de la desaparición de la FIFA de aquí a dos o tres años.
P. ¿Qué supondría la desaparición de la organización?
R. Nada, no habría ningún problema. De hecho se podría crear una nueva entidad contando con las propias federaciones de fútbol de cada país, con organizaciones como Unicef, creando una nueva junta de consejeros y cambiando el sistema de votación. El fútbol tiene enorme peso en muchos lugares y va a sobrevivir. Para que ruede el balón no necesitamos a Blatter.
P. ¿Ha sido un error crear un negocio en torno al fútbol?
R. No necesariamente. De la misma forma que no es imprescindible acabar con la industria del fútbol. Tenemos que tratarlo como lo que es, o como lo que queremos que sea. Si pretendemos que el fútbol trabaje como una empresa, habrá que gestionarlo y dotarlo de mecanismos para poder controlarlo, así como que se castigue la corrupción y el engaño desde el primer momento.
P. El fútbol crea líderes y modelos a seguir. ¿Le preocupa la imagen que pueda tener ahora este deporte?
R. Yo amo al fútbol. Juego en un equipo, entreno a chavales pequeños y trabajo con él, y esto no desaparecerá.