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El BCE mantiene los tipos en 0,05

Cómo explica Draghi la volatilidad de los bonos europeos

El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno de la entidad
El presidente del BCE, Mario Draghi, durante la rueda de prensa posterior al consejo de gobierno de la entidadREUTERS

Llegan tiempos de inestabilidad para los inversores, y llegan para quedarse. Así lo aseveró ayer el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno sentenció que “los mercados tendrían que acostumbrarse a periodos de una mayor volatilidad”. Un fenómeno común en un entorno de tipos bajos (que mantuvo en el mínimo histórico del 0,05%), dijo, y que afectará especialmente a la renta fija. Así, si en un primer momento la puesta en marcha del macroprograma de compra de deuda del BCE sirvió para ahondar la caída de la rentabilidad de las emisiones soberanas a mínimos históricos (mientras su precio subía), en las últimas sesiones el fenómeno se ha revertido.

Draghi dejó claro que no está sobre la mesa reevaluar el programa de compra de deuda

 Es el caso del bono español a 10 años, cuya rentabilidad se consolidó ayer por encima del 2% coronado el martes, marcando un nuevo máximo desde el pasado noviembre frente al entorno del 1,14% al 1,5% en el que se ha movido durante la primavera. Este comportamiento fue similar para la cotización del resto de emisiones soberanas europeas, incluyendo a Alemania, donde la rentabilidad del bund subió al 0,88%, frente al 0,075% que marcaba en abril. Este incremento, de hecho, acercó a ambos países rebajando la prima de riesgo española hasta los 123 puntos básicos.

Cuestionado por estos movimientos, Draghi explicó que hay tres posibles motivos para esta situación:

Este último es un efecto paradójico del gran programa de compra de deuda puesto en marcha por el BCE a imagen del que hace años lanzó la Reserva Federal de Estados Unidos. Aunque se inunda de liquidez el mercado, este gran motor de compras resta protagonismo al dinero que mueven los inversores.

Pese a ello, y a la asumida volatilidad que provoca esta situación, Draghi avanzó ayer que no está sobre la mesa reevaluar el programa de compra de deuda, que tiene por objetivo reactivar la economía y ayudar a incrementar la inflación al entorno del 2% y que seguirá en marcha, al menos hasta septiembre de 2016. “Si fuera necesario, podemos reconsiderar su volumen, distribución temporal y el diseño de nuestras medidas, pero actualmente no hace falta”, adujo.

Acicate a la renta variable

Los vaivenes de la deuda pública, en todo caso, parecieron impulsar las compras en renta variable con moderadas subidas en las grandes Bolsas europeas, espoleadas también por el buen arranque de Wall Street. El Euro Stoxx subió el 0,62%, mientras Londres se apuntaba un 0,32%; París, un 0,59%; Milán, un 0,14% y Fráncfort, un 0,80%. Los inversores, después de todo, mantienen un perfil prudente ante el incierto devenir de las negociaciones de Grecia, al borde de caer en impagos, con sus socios y acreedores (véase información adjunta). Un temor que pesó especialmente para el Ibex que cerró la sesión con un descenso del 0,03% que situó al selectivo en los 11.267,6 puntos

El euro, por su parte, reaccionó a las palabras de Draghi con un repunte del 1% que llegó a impulsarlo hasta rozar los 1,13 dólares, consolidando en todo caso los 1,12 billetes verdes en el tipo de cambio más alto registrado desde mediados de mayo.

 Draghi impedirá a Grecia emitir si la negociación no avanza

 “Todas las energías deben centrarse en encontrar un acuerdo que sea sólido”, aseveró ayer el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, sobre la negociación que el organismo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional mantienen con Grecia para tratar de alcanzar un acuerdo de financiación que evite que el país incurra en impagos.

Este acuerdo, advirtió Draghi, debe incluir medidas que impulsen “un crecimiento fuerte, la justicia social y la sostenibilidad presupuestaria, y que aborden las preocupaciones en materia de estabilidad financiera”. La llave del dinero, quiso dejar claro en todo caso el presidente del BCE, no se entregará hasta garantizar que Atenas aplica algunas de las reformas que le requieren sus acreedores de forma inmediata. “Y así llegará la financiación. Ni las instituciones ni los miembros del Eurogrupo diseñarían un programa sólido que no esté financiado de forma adecuada. La financiación estará ciertamente ahí”, aseguró Draghi.

Sin embargo, el presidente del BCE matizó que no permitirá a Atenas aumentar el límite de letras del Tesoro que puede emitir para financiarse hasta que no se cierre el acuerdo y el Eurogrupo acepte desembolsar el último tramo de 7.200 millones de euros del rescate. “Y no estamos ahí”, subrayó. Draghi destacó, además, que seguirá vigilando la solvencia de la banca griega y que podría endurecer su acceso a la línea de liquidez de emergencia (ELA) si la situación empeora.

 

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