La apuesta por la I+D, clave para el sector lácteo
Con la desaparición el pasado 1 de abril de la limitación de la producción anual de leche de cada estado miembro y su consiguiente liberalización, se abre un nuevo escenario para el sector. Tras más de 30 años de su aplicación, algunos países están preocupados por el posible aumento de la producción y la volatilidad de los precios.
La eliminación de la cuota láctea no tiene por qué ser traumática para España. Tenemos un 25% de consumo sin cubrir y un gran potencial de crecimiento en quesos y derivados. Además, el sector ha de seguir poniendo el foco en las exportaciones, especialmente en China, que necesitará importar unos 10 millones de toneladas anuales de leche en un futuro próximo.
En un mercado cada vez más globalizado, la competencia basada en costes de producción se acentuará. Para afrontar la liberalización del mercado y contar con más oportunidades en los mercados internacionales, el sector lácteo español debe realizar un importante esfuerzo por incrementar su productividad, competitividad, mejorar las exportaciones, fomentar el producto de valor añadido, innovar más, dimensionar las explotaciones, abordando estrategias de producción y comercialización nuevas a través de la diversificación de producto.
Los productores han de integrarse con la industria, llegar a acuerdos a largo plazo para estabilizar precios y juntos generar estrategias de futuro que equilibren la cadena de valor de los actores que la integran. En el nuevo contexto serán claves la eficiencia, control y optimización de costes de las explotaciones y procesos de elaboración para ser competitivos. Ello se consigue revisando desde los costes energéticos y de materia prima de las explotaciones, pasando por la innovación tecnológica y la mejora genética, sin dejar de mirar hacia los mercados exteriores como grandes demandantes.
Las demanda global aumentará un 2% en los próximos años, sobre todo en productos como el queso
En el campo de la innovación, para ser más competitivos es fundamental fortalecer la colaboración entre organismos generadores de conocimiento y el sector, la transferencia de conocimiento de las investigaciones que se desarrollen. Necesitamos un sector lácteo bien estructurado, con una mayoría de explotaciones con vocación de futuro, que elaboren productos innovadores y de calidad, adaptados a las nuevas demandas de los consumidores. Éstos deben ser ya protagonistas de la decisión sobre el origen y modo en el que se producen los alimentos.
Las instalaciones de la Comunidad de Castilla y León son una muestra del trabajo constante y de fondo encaminado al éxito. Desde el año 2000 ha invertido más de 168 millones de euros en innovación tecnológica y modernización de sus explotaciones, hasta posicionarse como la mejor dimensionada de España y entre las primeras de Europa. Con los 88 millones de euros de fondos públicos empleados en ello, han conseguido una producción de 511 toneladas de leche por granja, frente a los 345 toneladas por explotación de la media nacional y las 236 toneladas por explotación de la Unión Europea. Es la segunda región productora de leche de vaca, cuenta con 5.000 personas vinculadas al sector y genera 1.300 millones de euros al año de actividad económica. En cuanto a dimensión, las explotaciones de Castilla y León están en cifras similares a las holandesas, danesas y del Reino Unido, las explotaciones más dimensionadas de la UE. El proyecto de innovación Enerlácteo, cuyo objetivo es aumentar la eficiencia energética de las explotaciones de vacuno a través de medidas de ahorro energético para mejorar su competitividad, es también uno de los más importantes llevado a cabo en España.
Otro ejemplo es el del Aula de Productos Lácteos, centro puntero en España, integrado en el Instituto de Investigaciones y Análisis Alimentarios de la Universidad de Santiago de Compostela. Una de las nuevas líneas en las que centra sus investigaciones es sobre la leche concentrada, que les permitirá desarrollar productos a la carta, en función de las necesidades y demandas de cada industria. A las líneas de leche líquida, yogures y quesos, se suman las posibilidades de las pastas blandas y frescas; pasta helada o la esterilización de leche y productos viscosos.
En cuanto a las empresas españolas líderes del sector, las nuevas oportunidades canalizadas a través del I+D+i se focalizan en productos, procesos, seguridad alimentaria, sostenibilidad y nutrición. Si bien hasta hace poco en los lineales de los supermercados encontrábamos periódicamente nuevos productos lácteos enriquecidos en calcio, omega3, bajos en lactosa, etc., este ritmo de innovación se ha visto frenado por la crisis económica y la presión de las marcas blancas. La investigación láctea se ha reorientado, de añadir elementos a la leche beneficiosos para los consumidores, a actuar en la modificación genética del ganado vacuno para obtener leche que incorpore los elementos saludables para el consumidor, sin tener que añadirlos a posteriori.
Las principales líneas de investigación de las empresas del sector están ligadas a preservar la salud, como vía de diferenciación y como búsqueda de alternativas más rentables que atiendan a su vez las demandas de un consumidor cada vez más preocupado por su salud. Algunos ejemplos son Senifood y Henufood. Para el primero, con un presupuesto de 24,6 millones de euros, su objetivo era mejorar la calidad de vida de las personas mayores por medio de la alimentación, abordando las carencias nutricionales o patologías propias del envejecimiento. Henufood ha conseguido lanzar al mercado leche con fitoesteroles que reducen el colesterol. Otro ejemplo es el de las alianzas entre empresas del sector lácteo y farmacéutico, como la protagonizada por los grupos Leche Pascual y Esteve a través de la marca Diabalance, que ofrece productos para diabéticos en farmacias y la gran distribución.
Resulta vital entender qué aspectos de la innovación inciden en la capacidad competitiva de la industria láctea española, que afronta nuevos retos tras el final de las cuotas lácteas. La innovación es una oportunidad de crecimiento para posicionarse en un mercado donde la demanda global continuará aumentando un 2% en los próximos años, especialmente en productos con valor añadido como el queso.
Ana García Rosado es Consultora Sénior en Financiación de la Innovación en Alma Consulting Group Sector Alimentación y Bebidas