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Columna
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Cambio de planes en la India

El Ministerio de Finanzas de la India ha abortado su plan de cortar las alas al banco central. Habrá pocos lamentos por la retirada de esta propuesta. Los impuestos retrospectivos ya han hecho mella en la confianza de los inversores extranjeros en la India. Alejar el control de la cotización de los bonos del gobierno de un regulador que funciona bien habría causado más alarma.

Los cambios legislativos propuestos, ahora retirados, habrían despojado al Banco de la Reserva de la India (RBI, por sus siglas en inglés) de sus facultades para regular el mercado de bonos y gestionar la financiación pública. Se creará igualmente y consultando con el banco central una oficina independiente para gestionar la deuda, eso evitaría que el organismo encargado de formular las políticas monetarias también funcione como banquero de inversión del gobierno, según explicó el ministro de Finanzas, Arun Jaitley, al parlamento el 30 de abril, pero la propuesta de trasladar la supervisión del mercado de bonos al regulador del mercado de valores está destinada a desaparecer.

El RBI es una de las pocas instituciones en la India en la que se teme tanto como se confía. Hubiera sido una locura recortar su papel solo a supervisar a los bancos. Desde el Ministerio de Hacienda esperaban reducir el poder regulatorio del RBI a cambio de dar al gobernador Raghuram Rajan más autonomía en política monetaria.

Pero la elección de los tiempos fue horrible. Los inversores extranjeros ya se habían asustado por peticiones repentinas de impuestos sobre los ingresos obtenidos en el pasado –un duro golpe de un gobierno que llegó al poder hace un año con la promesa de poner fin al terrorismo fiscal–.

Afortunadamente, el sentido ha prevalecido. El primer ministro Narendra Modi quiere impulsar la inversión en infraestructuras y hacer de la India un centro de fabricación de bajo coste. Cualquier pérdida de credibilidad en el sistema financiero de la India pondría los ambiciosos planes de los ministerios del ferrocarril, defensa, transporte y energía en riesgo. La retirada de la propuesta será bien acogida –tanto por los inversores como por los colegas del gabinete de Jaitley–.

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