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Columna
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La ayuda potencial del bloque escocés

El Partido Nacional Escocés (SNP, por sus siglas en inglés) puede tener algo que ofrecer a la economía de Reino Unido. Parece una locura: han pasado solo siete meses desde que el mismo partido fallara por poco en la misión de llevar a Escocia por el camino de la independencia, lo que habría provocado la catástrofe económica. Pero su manifiesto para las elecciones generales de mayo, publicado el lunes, contiene señales alentadoras.

Las encuestas sugieren que el SNP podría dispararse de seis a 50 escaños en el parlamento de 650 miembros de Reino Unido. Eso podría ser suficiente para darle un papel en el gobierno, a través de un acuerdo oficial o no oficial con el partido Laborista de centro-izquierda.

El manifiesto del partido nacionalista sugiere una retirada de la campaña por la independencia

Es fácil de tachar de horrendo semejante acuerdo. El SNP podría presionar por una mayor autonomía fiscal para Escocia y bloquear las subidas de impuestos y los recortes de gastos para reducir el aún descomunal déficit presupuestario de 90.000 millones de libras (unos 126.000 millones de euros) de Reino Unido.

Ambos temores parecen exagerados. El manifiesto del SNP sugiere una retirada de la campaña por la independencia. Ahora el partido solo pide una “responsabilidad fiscal completa” a medio plazo. Eso es realista, ya que los potenciales ingresos del petróleo de Escocia han caído con el precio del crudo y su déficit fiscal se sitúa en el 8,6% del PIB, el doble de la proporción para el resto del país.

En cuanto a la austeridad, una nueva reflexión podría ser útil. El enfoque del SNP –un descenso más gradual en los niveles de deuda– podría mantener la demanda y tal vez permitiría al gobierno invertir más en afrontar la débil productividad británica.

Pero muchas cosas podrían ir mal. El SNP ha bajado el tono de su retórica de la independencia, pero la secesión sigue siendo el objetivo. Si una mayor autonomía fiscal se combina con un mayor crecimiento de Escocia, Edimburgo podría hacer sostenible una eventual independencia mediante el cierre de su déficit sin necesidad de algún tipo de trato especial de despedida de Westminster. Lo más probable es que esto no suceda, habría disputas sobre cómo dividir los volátiles ingresos del petróleo y la generosa financiación institucional.

La agenda del SNP es regional, pero podría ayudar a la economía nacional.

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