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Afirma que podría ganar "cientos de millones de euros"

Putin ofrece a Tsipras una alianza energética

El presidente ruso Vladimir Putin recibe al primer ministro griego Alexis Tsipras
El presidente ruso Vladimir Putin recibe al primer ministro griego Alexis TsiprasSasha Mordovets (Getty Images)

Vladimir Putin no dejó hoy escapar la ocasión de sacar el máximo rédito político a la controvertida visita a Moscú del primer ministro griego, Alexis Tsipras. El presidente ruso aprovechó el malestar que está causando en la Unión Europea lo que se interpreta como un desafiante acercamiento de Atenas a Rusia, en medio de las sanciones que pesan sobre Moscú por el conflicto en Ucrania, y se ofreció a Tsipras como posible alternativa económica de futuro. Sin concreciones, pero sugiriendo al primer minsitro griego propuestas tentadoras en un momento de extrema debilidad para las arcas públicas griegas.

Putin, que reconoció que Tsipras no ha pedido ayuda financiera a Moscú, ofreció al primer ministro griego la posibilidad de realizar inversiones para que Grecia se conecte al nuevo gasoducto ruso-turco, denominado Turkish Sream, que está previsto se construya bajo el Mar Negro para llevar gas ruso a Europa. Sería, de decho, una vía alternativa a la entrada de gas a través de Ucrania, donde el conflicto armado en el este del país, de gran influencia prorrusa, ha revelado precisamente la dependencia energética de Centroeuropa.

“Se trata de cientos de millones de euros anuales simplemente por el tránsito”, señaló Putin al referirse a los beneficios económicos que supondría este proyecto para Atenas. “Grecia podría convertirse así en uno de los principales centros europeos de distribución de energía, pero esto es una decisión soberana que debe adoptar el gobierno griego”, añadió.

En rueda de prensa conjunta con Putin, Tsipras afirmó que el país estudiará la propuesta rusa de sumarse al gasoducto ruso-turco, si bien el nombre –Turkish Stream– no es aceptable para Atenas. No en vano, Grecia y Turquía mantiene una difícil relación diplomática, que podría mejorar gracias a la participación en el gasoducto, según reconoció Tsipras.

El encuentro de hoy se celebró en un delicado momento de las relaciones de Grecia con el resto de sus socios europeos. Tsipras necesita financiación para afrontar los vencimientos de deuda de este mes –sin que haya todavía un acuerdo con la UE para nuevos desembolsos del segundo rescate, que concluye a finales de junio–, mientras que Putin trata de ganarse a Atenas como aliado para intentar una rebaja en las sanciones económicas que la UE ha aplicado a Rusia a causa del conflicto en Ucrania. De hecho, el impacto de esas sanciones junto a la brusca caída del petróleo, están conduciendo a la economía rusa a la recesión.

Tsipras no dudó en volver a mostrar a Moscú su apoyo frente a las sanciones de la UE, aun a riesgo de soliviantar a sus socios europeos y de abrir una grieta en la postura común comunitaria frente a Rusia. El primer ministro griego criticó que la respuesta rusa a las sanciones europeas –el embargo a las importaciones de productos frescos europeos– le hizo “una gran herida” a la economía griega. Y agregó que “el mejor modo que resolver estos problemas es poner fin a la guerra de sanciones y a las medidas de respuesta”. Llamó a romper “el círculo vicioso” de las sanciones. “Consideramos que esto es una decisión estéril de guerra económica. De hecho, retrotraen a Occidente y a Rusia a las relaciones de la Guerra Fría”, añadió.

El primer ministro griego fue más allá al afirmar que “Grecia es un país soberano con derechos inalienables” y al desear “una nueva primavera en las relaciones entre nuestros países”. Grecia se confirma así como el país de la UE más cercano a la Rusia de Putin, en contra de los deseos de Bruselas y Alemania, que ven con extrema desconfianza que el socio más endeudado de la UE pueda abrir diferencias en la postura común frente a Moscú.

Las palabras de Tsipras llegaron justo la víspera del día en que Grecia deberá hacer un pago de 450 millones de euros de deuda al FMI y cuando el país aún necesita 1.500 millones de euros para garantizar este mes los salarios y las pensiones. “No es de mendigos consultar con distintos países para resolver los problemas económicos”, justificó Tsipras desde Moscú.

Atenas coloca letras y supera el primer reto del mes

Grecia superó ayer la primera de las pruebas financieras con las que deberá evitar la quiebra a final de mes al colocar letras del tesoro al mismo precio que en la subasta anterior. Y ello pese a la presión que ha supuesto para los principales bancos del país la orden del Banco Central Europeo de no elevar su exposición a estos títulos, con lo que la banca no actuaría como sostén de la demanda. En total, se colocaron 1.137,5 millones de euros al 2,97%, el mismo interés que en la subasta del pasado 4 de marzo. Justo en la víspera del día en que se espera Grecia abone un pago de deuda al FMI por 450 millones de euros, tal y como el pasado domingo aseguró el ministro griego de Finanzas, Yanis Varoufakis, se haría tras mantener un encuentro informal con la presidenta de la institución, Christine Lagarde. Thanos Katsambas, el representante de Grecia en el FMI, presentó ayer su renuncia al cargo como consecuencia de la reciente visita relámpago a la institución de Varoufakis, quien se entrevistó en Washington con Lagarde sin avisarle de su agenda, según publica la prensa griega.

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