El concurso aboca a Banco Madrid a la liquidación
Los mayores depositantes de Banco Madrid asumirán parte de las previsibles pérdidas que se deriven del concurso de acreedores planteado ayer. El procedimiento fue solicitado al juez por sus nuevos administradores, tres exdirectivos de BBVA nombrados la semana pasada por el Banco de España por su experiencia en gestión de entidades intervenidas, ante la “importante retirada de fondos” por parte de la clientela.
“El fuerte deterioro de la situación económica-financiera de Banco Madrid”, avanzaba la propia entidad sobre el impacto de esta huida del pasivo, “ha afectado a su capacidad de hacer frente al cumplimiento puntual de sus obligaciones”. “La única forma de asegurar un trato igual de los depositantes, y demás acreedores de Banco Madrid pasa por solicitar el concurso de acreedores de la entidad y suspender su operativa ordinaria”, aseveraron sus administradores. Una decisión que deja en el aire la recuperación de los depósitos que superen los 100.000 euros, cuantía que sí garantiza el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), llamado a liderar a los acreedores en el concurso una vez se haga cargo de ellos.
“Sorprende la medida, que va en perjuicio de los depositantes. Se impide que se lleven el dinero en beneficio del conjunto de los acreedores”, valora Manuel López, socio de derecho bancario del bufete Ashurst y experto en el regulación financiera.
Hasta ayer, al titular de una cuenta corriente o de un depósito le bastaba con ordenar telemáticamente una transferencia para mover el dinero a otra entidad, lo que se ha producido masivamente en Banco Madrid desde que la semana pasada se revelara el escándalo de blanqueo de capitales en el que está envuelta su matriz, Banca Privada de Andorra (BPA), tal y como denunció el Tesoro de EE UU, y la propia filial española, según el informe del Sepblac entregado el viernes a la Fiscalía. Banco Madrid contaba con 695,6 millones de euros en depósitos de la clientela a cierre de noviembre, último dato disponible en la Asociación Española de Banca (AEB).
Una vez el juez admita el concurso, lo que se espera ocurra en cuestión de días, este nombrará a un administrador concursal que podría sustituir o tener como subordinados a responsables designados por el Banco de España. A partir de ahí, el primer paso es elaborar un informe con el patrimonio que le resta a Banco Madrid para hacer frente a sus deudas.
Una vez aclarados los fondos con que cuenta cada cliente, el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), alimentado con cuotas de la banca, asumirá los primeros 100.000 euros de cada uno, una cuantía que luego reclamará en el concurso, donde previsiblemente se sitúe como principal acreedor. Los titulares de depósitos de una mayor cuantía deberán acudir como acreedores ordinarios al procedimiento para exigir el resto de su dinero, sin prioridad sobre otros.
Aunque bastaban 50.000 euros para contratar un depósito, fuentes de la entidad exponen que la clientela manejaba un mínimo de 200.000 euros y que, por su especialización en banca privada y gestión de patrimonios, los saldos son mayores en esta firma que en la media del sector.
“Lo previsible es que los activos no sean suficientes para hacer frente a las deudas, porque si no, no se hubiera llevado a concurso”, ilustra el socio de Ashurst, que expone que ahí se abren dos opciones. Una es que los acreedores lleguen a un acuerdo y cancelen las deudas repartiendo el patrimonio disponible, presumiblemente asumiendo ciertas quitas, una vía en que el FGD llevará la voz cantante.“Si no hay convenio, que es lo más probable, se iniciará la liquidación”, asume López, desguazando carteras y áreas de negocio para su venta y saldando en lo posible las deudas con los ingresos.
Aunque de momento no han sido oficialmente tanteadas para conocer su interés en una eventual compra del negocio de Banco Madrid, o de parte del mismo, las entidades financieras están dispuestas a apoyar una rápida solución a un escándalo que temen que salpique al nombre del sector.
La previsible judicialización de las irregularidades detectadas, el incierto futuro de su accionista, haber dejado atados a los clientes o la propia solicitud de concurso, matizan sin embargo, restan valor día a día al potencial precio de venta de Banco Madrid o de sus diversas carteras y amenazan con alargar el proceso, incluso durante años.
El Estado, a la cola de cobro si sanciona el blanqueo
Si los indicios de blanqueo de capitales detectados en Banco Madrid derivan, además de en posibles penas para sus responsables, en sanciones para la entidad, el Estado se colocará como un acreedor más en la cola de cobro del concurso solicitado ayer.
Así lo avanza Fernando Mínguez, socio del bufete Cuatrecasas experto en derecho bancario y prevención de blanqueo de capitales que señala que un problema añadido para su liquidación, “como ocurre con la matriz andorrana”, será convencer a potenciales compradores de que se hagan con carteras bajo sospecha, máxime con la amenaza de EE UU de romper relaciones comerciales con las entidades que tengan estas operaciones. “La experiencia en liquidación ordenada de un banco es limitada”, remarca el socio de Cuatrecasas, que recuerda que en España solo ocurrió con Eurobank hace una década.
Manuel López, socio de derecho bancario del bufete Ashurst, asume que determinados activos de la entidad, como por ejemplo su cartera crediticia, podrían tener salida entre los inversores distress (conocidos como fondos buitre), que exigirían eso sí una auditoría previa para dejar fuera las operaciones judicializadas y ofrecerían descuentos muy agresivos.
El negocio de banca privada o la gestora de fondos -no en sí los fondos, Sicavs o carteras de títulos de los clientes, de los que el banco es depositario pero que no pertenecen a su balance– son otras posibles escisiones de cara a la liquidación. Con un balance de 1.424 millones de euros a cierre del pasado noviembre y unos fondos propios de solo 112,9 millones, Banco Madrid cuenta de otra parte con un inmovilizado material (muebles e inmuebles como su sede, en la madrileña plaza de Colón) de 40,2 millones de euros.