Pistoletazo de salida a las compras del BCE: el ‘plan Draghi’ en 4 pasos
Mañana llega el momento que el mercado lleva esperando desde hace meses. El Banco Central Europeo inicia su programa de compras masivas de deuda, por el que realizará adquisiciones de estos activos por 60.000 millones de euros al mes, en su mayoría bonos soberanos. La medida busca alejar de la zona euro el fantasma de la deflación y contribuir a consolidar la recuperación económica de la zona euro, pero va a provocar también un verdadero corrimiento de tierras en el mercado. El pistoletazo de salida es hoy.
Lo que ya ha conseguido el BCE
El presidente del BCE, Mario Draghi, presumió este pasado jueves de haber logrado que sus medidas de política monetaria calen ya en la economía real, incluso antes de que se inicie su plan de compras de deuda o expansión cuantitativa (QE). Defendió que el anuncio de esas compras ya ha tenido la virtud de abaratar significativamente el coste de financiación para los gobiernos y la banca y avanzó que hay señales de una incipiente recuperación del crédito a familias y pequeñas empresas, el eslabón más débil.
El impacto del QE sí es evidente de forma indiscutible en los mercados, que están alcanzando cotas insólitas a una velocidad de crucero. Con la garantía de que el BCE va a estar ahí comprando deuda por un volumen de al menos 1,14 billones de euros hasta, en principio, septiembre de 2016, el euro ha emprendido una depreciación en la que se encamina a la paridad con el dólar. Cotiza en niveles no vistos en casi doce años, ya en la línea de los 1,10 dólares por unidad. Esta caída está beneficiando a las exportaciones de la zona euro y, con ello, a la cotización de los grandes grupos industriales, y exportadores. Así, el Dax alemán se ha colocado en máximos históricos y suma un alza de más del 17% en lo que va de año, al mismo paso que la Bolsa de París o Milán. El Ibex se suma al avance con un alza de casi el 8% en 2015.
En la deuda, el efecto del plan del BCE es arrollador. Los bonos soberanos de la periferia europea cotizan en mínimos históricos, con el español en el 1,29% y la prima de riesgo en los 90 puntos básicos. Y la deuda de los países con mejor rating, como Alemania o Holanda, cotiza con rentabilidad negativa en los plazos más largos. En el caso alemán, incluso el bono a cinco años tiene rendimiento negativo.
Qué va a pasar a partir de mañana
Todas las citadas tendencias de mercado prometen acentuarse en el más corto plazo. Los expertos coinciden en que la avalancha de compras del BCE va a dirigir a los inversores hacia activos de más riesgo, una vez que vayan agotándose las rentabilidades en la deuda soberana. De hecho, la intervención sostenida de la institución en el mercado va a crear un entorno de estabilidad capaz de absorber los momentos de mayor volatilidad y riesgo, según apuntan los analistas. Esta capacidad ya se vio en el mes de febrero, cuando la incertidumbre política en Grecia y las duras negociaciones de Atenas con el Eurogrupo apenas tuvieron contagio en el resto de la periferia europea y no rompieron el rumbo alcista del mercado. El BCE va a tener bajo su control por tanto el terreno de juego financiero durante el próximo año y medio.
El efecto del plan del BCE ya ha quedado recogido en el mercado en gran parte pero prolongará su impacto. Las previsiones de los expertos coinciden en que la rentabilidad de la deuda seguirá su trayectoria de descenso, a la inversa del incremento de sus precios. Después de todo, va a haber un comprador incansable dispuesto a gastar 60.000 millones de euros cada mes. El bono español puede quedar en el 1% y el bund alemán, caer al cero de rentabilidad.
Cómo va a poner el BCE en marcha su plan
El BCE será quien coordine las compras pero los encargados de hacerlas de manera efectiva serán los respectivos bancos centrales nacionales. Cada uno de ellos adquirirá una cantidad de deuda en función del peso de su país en el capital del BCE. Así, al Bundesbank le corresponderá la mayor cuantía, de alrededor de 293.000 millones de euros, mientras que el Banco de España realizará compras de bonos soberanos del país por un total de 100.000 millones de euros.
Algunos expertos apuntaban días atrás a la posibilidad de que se produzca cierto estrangulamiento en el mercado de deuda soberana. Su tamaño y liquidez son muy elevadas pero la fuerte demanda del BCE se va a encontrar con que un tercio de la deuda soberana de la zona euro cotiza ya con rentabilidad negativa. Para evitar que se produzca cierto cuello de botella, y tampoco adquirir deuda a pérdidas, el BCE ha establecido que no comprará deuda con un rendimiento inferior al -0,2%, justo el interés al que está la facilidad de depósito.
Concentrará sus compras en activos a los que les quede hasta el momento de vencimiento un plazo de entre 2 a 30 años. Y adquirirá, además de cédulas hipotecarias y bonos de titulización, deuda soberana y también deuda emitida por agencias públicas, lo que incluirá bonos del ICO español.
¿Cuándo llegarán los efectos a la economía?
Las compras masivas de deuda pretenden ser la primera pieza de una cadena que transmita finalmente un efecto positivo a la economía. Comenzarán por abaratar el coste de financiación de las empresas, aunque aún queda la asignatura pendiente de que el crédito bancario fluya hacia las pymes y las familias. La banca jugará un papel clave, como gran tenedora de bonos soberanos: las ventas de parte de su cartera al BCE generarán plusvalías que pueden dejar margen para asumir nuevo riesgo de crédito. Además, las compras de bonos de titulización, aunque aún escasas, serán la otra gran baza para liberar a la banca de riesgo en balance y que haya espacio para la concesión de nuevo crédito.
El BCE prevé que, con la aplicación total de sus medidas de política monetaria, el PIB de la zona euro crezca el 1,5% este año, el 1,9% en 2016 y el 2,1% en 2017. Y estima que la tasa de inflación pase del cero este año al 1,5% en 2016 y al 1,8% en 2017. No llegará ni siquiera en esa fecha al 2% deseado, lo que ha hecho pensar estos días a firmas de análisis como Nomura o Royal Bank of Scotland que el BCE ampliará su programa de compras más allá de septiembre de 2016.