CEOE condiciona el pacto salarial a que los sueldos no se revisen con el IPC
Los empresarios no tienen prisa por firmar el acuerdo de convenios que incluirá las recomendaciones salariales para el periodo 2015-2016. “No hay grandes negociaciones de convenios sectoriales abiertas así que no hay ninguna urgencia”, aseguró el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell.
De hecho, el acuerdo aún no se vislumbra. El líder de CEOE –que compareció ayer tras una reunión extraordinaria de los empresarios para abordar la situación de las negociaciones de dicho pacto de convenios y sobre el próximo sistema de formación– explicó que los patronos están dispuestos a recomendar una subida salarial del “0,8%, 0,9% o incluso un poco más” para este año y “hasta un 1,2% o un 1,3%” para 2016. El acuerdo añadiría la necesidad de fijar a finales de 2016 la recomendación retributiva para 2017.
No obstante, los empresarios añadieron ayer un condicionante a esta recomendación: no firmarán el acuerdo de convenios si éste vincula las alzas salariales a la evolución del IPC. “No podemos ir con la idea de ligar los salarios a la inflación bajo ningún concepto”, dijo ayer Rosell.
Si bien, los sindicatos se niegan en rotundo a renunciar a las cláusulas de garantía salarial, que son las encargadas de revisar los salarios de una forma u otra en función del IPC. Por eso, Rosell indicó que la solución podría llegar porque los empresarios aceptaran estas cláusulas pero diseñarlas de tal forma que “prácticamente no afecten” a los salarios. O lo que es lo mismo, que fueran una mera justificación para que los sindicatos pudieran aceptar el acuerdo pero que, luego, en la práctica no se activen y no tengan el efecto perseguido por CC OO y UGT. Es más, aseguró que ya ocurrió algo parecido con el diseño de las cláusulas de revisión del acuerdo para 2012-2014 que no solo se vinculaban a la inflación española sino también al IPC de la UE, al PIB y al precio del Brent.
Según Rosell los empresarios persiguen prorrogar la actual moderación salarial en el próximo acuerdo porque los empresarios todavía no han levantado el vuelo. “Solo una de cada tres pymes tiene beneficios y el 75% de las empresas en general aún tiene bases imponibles negativas y, por lo tanto, aún no estamos para grandes fiestas”.
Es más, Rosell consideró que en un escenario de inflación negativa como la actual, si se aplicara la subida que ofrecen los empresarios “estaríamos dando un mensaje de dos puntos de ganancia de poder adquisitivo, que ya es algo razonable y muy importante”.
Así, insistió en justificar la prórroga de salarios moderados refiriéndose a lo ocurrido en 2009, cuando los salarios subían al tiempo que el PIB caía un 3,6% y el empleo se contraía más de un 6%. “Ya nos equivocamos entonces y ahora no estamos en efervescencia económica sino saliendo de la peor crisis que se recuerda”
En cualquier caso, Rosell confió ayer en que el acuerdo con los sindicatos no se demore mucho más tiempo. Aunque tampoco descartó la posibilidad de que este pacto no se produzca. “No es deseable, pero claro que existe esa posibilidad”, dijo el presidente de CEOE.
Rechazo al decreto de formación
El otro asunto que se trató ayer en la Junta Directiva de CEOE, junto al acuerdo de convenios, fue el rechazo frontal de los empresarios a la redacción del último decreto que les ha presentado el Ministerio de Empleo para reformar el sistema de formación.
Rosell confió en que el Gobierno no apruebe mañana este decreto en el Consejo de Ministros “porque es manifiestamente mejorable desde el punto de vista técnico”.
Sin embargo, el rechazo empresarial a la propuesta del Gobierno es más que técnica. De hecho , los empresarios se niegan a desaparecer del sistema de ejecución de los cursos formativos a parados, así como del diseño de los planes formativos, como aseguran que persigue Empleo. “Si nosotros lo pagamos –aseguran en referencia a los cerca de 1.800 millones que supone la cuota de formación que abonan en su mayoría las empresas– somos quienes más tenemos que decidir qué se hace con nuestro dinero”.
CEOE quiere cobrar por diseñar la formación
“Reconocemos que ha habido fradues con el dinero de la formación”, admitió ayer Juan Rosell. Pero dicho esto, añadió que “no se sabe porque cuantía” y sería conveniente que el Gobierno cuantificara ese fraude, si lo usa como argumento para sacar a CEOE. Los empresarios admiten que la Administración “haga todos los controles que hagan falta, cuantos más mejor”. Incluso están abiertos a la libre concurrencia a la hora de ejecutar los cursos, “aunque dudamos de su eficacia”, dijo. Si bien no aceptan que se les excluya de la planificación y diseño de la formación a ocupados. “No pueden venir de la estratosfera a decirnos que formación necesitan las empresas”, se quejó. Y añaden que este diseño, ya se haga directamente o con consultoras, “cuesta dinero y hay que pagarlo”. Si esta retribución se incluyera en el decreto quizás habría acuerdo.