La importancia del empleo en la negociación salarial
El dígito, esa es la cuestión. Cuánto recomendarán la patronal y los sindicatos que deben subir los sueldos en 2015. Poner una cifra concreta a esa recomendación será la principal cuestión que tratarán de consensuar los máximos líderes de CEOE-Cepyme, CC OOy UGT en un nuevo encuentro que prevén mantener hoy para cerrar el próximo Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC).
Tras la reunión que tuvo lugar el martes, en la que los primeros espadas tomaron las riendas de la negociación, parece que las diferencias entre alzas mínimas del 1,5% que demandaban los sindicatos y del 0,6% que ofrecían los empresarios para 2015 se habían limado hasta acercarse a un consenso en el entorno del 1%, décima arriba, décima abajo. De hecho, fuentes conocedoras de la situación aseguran que podría haberse barajado una horquilla de entre el 0,9% y el 1,1%. Si bien, según otras fuentes, los empresarios se resisten a llegar al 1% y podrían estar ofreciendo adelantar a 2015 los incrementos del 0,8% ofrecidos para 2016, según fuentes conocedoras de la situación.
Mientras que los sindicatos mantienen la esperanza de que la referencia llegue al 1,5%, si no de incremento mínimo, como planteaban ellos, sí de máximos.
Sin embargo, fuentes patronales insisten en que la demanda sindical excede lo que pueden aguantar las empresas, sobre todo, si se pone en relación los aumentos salariales con el mantenimiento de las plantillas e, incluso, con la deseada creación de nuevo empleo.
Los datos macroeconómicos confirman la bonanza de la moderación salarial para el empleo y la economía en general. Pero los sindicatos creen que subidas de sueldos del 1,5% no perjudicarán la recuperación del empleo y, además, impulsarán el crecimiento económico por la reactivación de la demanda.
En 2010, se produjo la primera caída importante de los costes laborales unitarios –que es lo que cuesta elaborar una unidad de producto y es un indicador muy marcados por la evolución de los salarios–. En ese año estos costes cayeron un 2% desde el pico del 5,7% al que crecían en 2008, cuando el empleo ya caía por encima del 3%.
Esto coincidió con un primer atisbo de recuperación de la economía, que ese año se mantuvo plana –con un avance del PIB del 0%– tras haber caído un 3,6% el año anterior. El primer efecto de esta mejora fue la reactivación del mercado laboral en el primer semestre de 2011, cuando las cifras de ocupación estuvieron temporalmente en positivo por pocos meses. Además, en 2011, los más de diez millones de trabajadores con convenio colectivo apenas perdieron poder adquisitivo porque con una inflación del 2,4%, los salarios de convenio subieron un 2,3% tras la aplicación de las cláusulas de revisión.
Pero esto no fue más que un espejismo y la crisis empezó a recrudecerse en la segunda mitad de 2011 para volver a desplomarse la actividad un año después, con una caída del PIBdel 2,1% en 2012. Ese año, el empleo volvió a ser el gran pagador con un importante recorte de más de 800.000 empleos, el segundo peor ejercicio para la ocupación de toda la crisis. Y esto se produjo a pesar de que los costes laborales unitarios se volvieron a desplomar un 3,4%, tocando suelo, y los salarios de convenio subieron un 1%, la mitad que el año anterior.
Pero en medio de este recrudecimiento se produjeron dos hechos que contribuyeron a frenar aún más los salarios: la entrada en vigor de la reforma laboral a mediados de 2012 y la firma de un acuerdo de convenios in extremis que recomendaba subidas salariales básicamente del 0,6% para el periodo 2012-2014. El acuerdo se aplicó escrupulosamente por parte de las empresas y los trabajadores y las compañías hicieron un notable uso de las medidas de flexibilidad interna de la reforma laboral, recortando los salarios a través de inaplicaciones de convenio y la modificación sustancial de las condiciones laborales.
Tras dos ejercicios (2013 y 2014) el resultado ha sido una clara mejora del empleo, que volvió a crecer un 2,53% por primera vez en la crisis;y una reactivación de la economía, con un avance esperado del PIBdel 1,4% este año.
En esto se ampara la patronal para pedir a los sindicatos que no se olviden de la necesidad de que el nuevo Acuerdo de Negociación Colectiva recoja compromisos en materia de empleo; a cambio, claro está de continuar con una moderación salarial tan solo unas décimas superior a la practicada en los últimos años. Por tanto, la incógnita es si los sindicatos aceptarán sacrificar un mensaje de clara recuperación salarial a cambio de que los patronos aconsejen mantener las plantillas.
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