El BCE agitará aún más a partir de hoy el mercado
La reunión del pasado 22 de enero del BCE tuvo un carácter tan histórico que casi ha pasado inadvertido el encuentro que mantendrá en Fráncfort el consejo de gobierno de la institución el próximo jueves. El BCE celebra ahora sus citas sobre política monetario cada mes y medio, en lugar de la periodicidad mensual de antes. Y, a diferencia de las ocasiones anteriores, cuando la expectación era máxima sobre cuál sería la siguiente medida de estímulo, el encuentro del jueves llega esta vez sin esa presión, puesto que el BCE ya tomó en enero la decisión de activar el plan de compras de deuda soberana que todos esperaban.
En su habitual rueda de prensa, Mario Draghi podrá hacer un primer balance de esas adquisiciones, que comenzarán hoy lunes. Marzo era la fecha que avanzó el presidente del BCE para el inicio de su programa de expansión cuantitativa: compras de deuda por 60.000 millones de euros al mes, que incluyen bonos de titulización, cédulas hipotecarias pero, sobre todo, deuda soberana.
A partir de ahora, el BCE ya va jugar un papel determinante en el mercado de renta fija, como comprador activo de bonos entre 2 y 30 años en competencia directa con los grandes operadores del mercado, fondos, aseguradoras y planes de pensiones. De hecho, algunas firmas de análisis ya advierten del efecto arrollador que puede provocar el BCE con sus compras. Royal Bank of Scotland habla en un informe de “pánico comprador”. Y apunta a la aparadoja de que “los inversores saben que el BCE comprará y se han anticipado al movimiento. Pero como todo el mundo sabe que las compras futuras superarán las colocaciones de bonos de gobiernos y corporaciones, el resultado es un acaparamiento generalizado”. Será el momento de ver quién empieza a desprenderse de su cartera de bonos para vendérsela al BCE.
La financiación del BCE a la banca griega será otro de los puntos de interés del encuentro del jueves. El BCE decidió a mediados de febrero dejar de aceptar la deuda soberana griega como garantía a cambio de liquidez para los bancos helenos mientras no quedara despejado el compromiso político del gobierno de Tsipras con el rescate.
La banca griega se ha nutrido en las últimas semanas de las líneas de liquidez de emergencia –por hasta 68.000 millones de euros– del BCE, que deberá debatir ahora si es momento de regresar a la situación previa de normalidad una vez que Grecia ha acordado con el Eurogrupo la prolongación durante cuatro meses más del actual rescate, que finalizaba el 28 de febrero.