Margen a Francia, Italia y Bélgica
La Comisión Europea atorgó ayer a Francia dos años más, hasta 2017, para poder reducir el déficit fiscal hasta el 3% de su PIB, que aún este año ha cerrado en el 4,5%. En paralelo no ha pedido esfuerzos adicionales a Italia o Bélgica para que puedan reducir sus eklevadñísimos niveles de deuda pública, ambos muy poor encima de los valores medios de la zona euro, mientras que a España piden un esfuerzo decidido para reducir sus desequilibrios. Todo ello solo dos días después de mantener la máxima exhibición de rigor y firmeza ante Grecia para que respetase los compromisos firmados por los gobiernos anteriores del país y no aplicase políticas que truncaren la ligerísima mejora de las cuentas publicas y de la economía helenas.
Parece evidente que ha llegado la hora de suavizar los rigores de la austeridad y de relajar las exigencias de reformas, una demanda en la que se ha quedado solo el presidente del BCE, Mario Draghi, que, para compensarlo, echa el resto con su heterodoxa política monetaria. Pero parace también que se trata de una reacción condicionada por los riesgos de crecimiento de las posiciones populistas en tales países, mientras que en Grecia, su llegada al poder aconseja simplemente, combatirlo. Comprometida ya con lo firmado, Grecia parece más necesitada que nadie de flexibilidad fiscal.