El Gobierno prevé que el PIB subirá cerca del 3% anual hasta 2017
El Ejecutivo lleva echando cuentas desde el tercer trimestre del pasado ejercicio de los importantes ahorros que podría obtener como consecuencia de la confluencia de distintos acontecimientos. Por orden de importancia, el descenso brusco del petróleo, cuyo precio ha caído un 55% desde mediados del pasado ejercicio. Esto supondrá una inyección de dinero muy importante para la economía española, en la medida en que es importadora neta de hidrocarburos, ya que tan solo produce el 0,2% del crudo que consume.
España importa 1,3 millones de barriles de petróleo al día (486 millones de barriles al año). En el cuadro macroeconómico que el Ejecutivo envía a Bruselas con sus previsiones macroeconómicas se estimaba un precio medio del crudo para 2015 de 79,5 euros por barril, lo que supone que la factura energética por compra de crudo se elevaría a 38.637 millones de euros. Si ese mismo cálculo lo hacemos con la cotización actual (42,8 euros), la partida desciende hasta los 20.800, lo que representa un colchón de 17.836 millones de euros. Si el precio se mantiene en los dos próximos años, el ahorro obtenido en un año duplicará al previsto en toda la reforma fiscal (9.000 millones).
Guindos apunta que “la deuda pública está en una situación sostenible y es asumible”
Si a ese colchón se le une el beneficio que se obtendrá por la depreciación del euro (abarata las exportaciones) y la rebaja de la prima de riesgo (que reduce sustancialmente los costes de financiación de empresas y administraciones públicas), el resultado es un panorama radicalmente diferente al que sirvió para hacer los presupuestos de 2015. Los 18 servicios de estudio que consulta la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ya habían elevado a principios de enero el alza del PIB al 2,1% en 2015. De ellos, algunos lo llevaban más allá. Es el caso de Solchaga, Recio & Asociados, Repsol o Intermoney (2,2%);Santander, Catalunya Caixa y el Instituto Complutense de Análisis Económico (2,3%),Funcas (2,4%) o el Instituto de Estudios Económicos (2,5%).
El Ejecutivo no se había atrevido a elevar al alza sus previsiones (1,3% y 2% para 2014 y 2015) por dos cuestiones:evitar un pronóstico optimista que no se cumpliera y hacerlo coincidir con una etapa de la que se pudiera sacar provecho. Es ahí dónde se enmarca el anuncio hecho ayer por el ministro de Economía, Luis de Guindos, de revisar al alza ambas magnitudes. “La revisión tendrá lugar en abril. Soy optimista”, apuntó ayer en declaraciones a Capital Radio. El titular de Economía subrayó que la economía española está mostrando ya en este primer trimestre una “velocidad de crucero” superior al 2% y recordó que el Ejecutivo realizó sus previsiones macroeconómicas antes de la caída del precio del petróleo. “El petróleo es un viento de cola para la economía española, también la depreciación del euro, pero tenemos algunos vientos de cara, como los riesgos geopolíticos, la situación de Rusia y el menor crecimiento en Europa”, explicó para tratar de justificar la lentitud a la hora de modificar sus previsiones. De hecho apuntó que es importante “ser prudente en las proyecciones económicas y que después la realidad supere las proyecciones”, pues eso permite generar confianza. “Lo peor que se puede hacer en esta vida es generar falsas expectativas”, advirtió.
El mayor crecimiento en la zona euro
De hecho, Guindos apuntó que, observando los fundamentos “sólidos” de la economía española, cualquier analista “objetivo” diría ahora que la economía española “va a tener dos o tres años de crecimiento próximo al potencial, en el entorno del 2,5% o el 3%, con creación de empleo y con el sector exterior aportando y una inflación reducida”.
Un vaticinio en línea con lo anunciado por el FMI en sus últimas previsiones. En ellas revisaba a la baja el crecimiento de todos los grandes países de la zona euro, excepto el de España, que lo elevaba al 2% para este año y al 1,8% para el que viene. Entre las naciones desarrolladas tan solo EE UU (3,6%), Reino Unido (2,7%) y Canadá (2,3%) crecerán más que España en 2015.
Una senda de crecimiento que se puede ver truncada parcialmente por el crecimiento imparable de la deuda pública. Algo que el titular de Economía rechazó, ya que cree que se estabilizará en el entorno del 100% del PIB y que, dentro de dos años, “comenzará a reducirse gracias a la mejora del crecimiento económico y a la reducción del déficit público “La deuda está en una situación sostenible y es perfectamente asumible”, reiteró.