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Columna
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Sin dolor no habrá ganancias en Grecia

Antes de pedir a los acreedores de la zona euro que reduzcan la deuda pública de Grecia, el primer ministro Alexis Tsipras podría considerar llevar a cabo otra promesa: una moratoria hipotecaria permanente. Infligir dolor a entidades como el Banco Nacional de Grecia, Alpha Bank, Piraeus o Eurobank parece más fácil y rápido que negociar los términos del rescate del país. De forma menos intuitiva, también podría ayudar a desencadenar una reestructuración saludable de las entidades del país.

Una refinanciación permanente de 64.000 millones de euros de los créditos inmobiliarios sería popular, y más fácil de vender a los socios de la zona euro de Grecia que una quita de la deuda. También constituiría una réplica adecuada de la izquierda a la recapitalización 2012/13 de los bancos griegos, que causó controversia al permitir a los hedge funds extranjeros adquirir grandes participaciones en el sector bancario en condiciones ventajosas.

La reforma bancaria no funcionará si Tsipras solo quiere hacerse conducir el sistema clientelista heleno

La preocupación de que los bancos griegos están en la línea de fuego ayuda a explicar la caída del 42% en las acciones del sector desde las elecciones. Se espera que las hipotecas morosas y reestructuradas alcancen el 45% de los activos, según un estudio de BlackRock que calcula pérdidas en préstamos hasta 2016.

Si Tsipras es serio sobre la reforma del clientelismo corporativo de Grecia, la moratoria podría ayudar. Con la capitalización de mercado de los cuatro mejores bancos griegos ahora debajo de los 15.000 millones de euros, un alza grande de capital podría diluir los intereses creados, permitiendo una reestructuración radical. A diferencia de 2012, la zona euro tiene que ayudar: ahora tiene un mecanismo único de supervisión para vigilar su nueva unión bancaria, un marco de resolución y 60.000 millones de euros del fondo de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad disponibles para el sector bancario.

Esta reforma no funcionará si Tsipras solo quiere hacerse con el asiento del conductor en el sistema clientelista de Grecia, o utilizar los bancos para financiar al estado. Pero con las acciones de los bancos griegos a la baja otro 20% el 28 de enero, el mercado parece estar poniendo precio a una quita privada más que a una pública.

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