Las cajas rompen con tres años de congelación salarial por el alza del PIB
Durante la negociación del último convenio sectorial de las cajas de ahorro, el que regula el periodo 2011 a 2014, la gran batalla de la patronal fue desligar la variación de los salarios del indicador tradicional que los regía, el Índice de Precios de Consumo (IPC).
El debate con las sindicatos se había alargado ya más de un año, e iniciado ya 2012 –el año en que acabó pidiéndose el rescate para la banca– y en plena crisis del sector y del modelo de cajas, las entidades temían que la política de retribuciones contribuyera a su sangría.El nuevo modelo acordado, ligado al PIB y a la rentabilidad del negocio ha permitido al sector mantener tres años de congelación salarial pero las tornas acaban de cambiar.
El acuerdo firmado a comienzos de 2012 establecía, concretamente, que no habría ningún aumento salarial durante los dos primeros años regulados y ligaba las alzas de los dos últimos a la evolución del PIB. Para 2013 se fijó un alza del 1% si la economía registraba crecimiento y del 1,25% si el alza del PIB superaba el 1,5%.
Siendo así, se acordó que cada entidad adelantará un incremento del 0,5% en los salarios durante el año en vigor, para compensar luego la diferencia en función del dato de cierre de año del PIB. Las malas previsiones económicas de 2013, que culminó con una caída del PIB del 1,2%, llevó a los sindicatos a acordar la anulación de este aumento preliminar, para evitar que la plantilla acabara obligada a devolverlo.
Modelo a debate en la nueva negociación
Los sindicatos mayoritarios del sector de cajas de ahorros, principalmente Comfia-CC OO, Fes-UGT y Csica, constituyeron el pasado miércoles con la patronal CECA la mesa de negociación para el nuevo convenio, que previsiblemente regirá las condiciones laborales para el periodo 2015-2018. Aunque la negociación real no comenzará hasta febrero, cuando está prevista la primera reunión de trabajo, ya hay un debate que se promete arduo:_el de elegir qué modelo fijará la evolución de los salarios. En el marco 2011-2014 se acordó por primera vez desligar las subidas de la evolución del IPC, evitando las alzas del 2,4% de diciembre de 2011;_del 2,9% de cierre de 2012 o del 0,3% de 2013. Solo ahora, con un IPC del _-1% a cierre de 2014, el sector deberá incrementar los salarios, indexados al PIB, que ha crecido por primera vez en años (en 2010 cerró plano y el última laza clara fue el 1,1% de 2008), y a la rentabilidad, que obligará a muchas entidades a incrementar el plus de eficiencia. El convenio anterior explicaba que “para la determinación de los criterios utilizados en la regulación de la revisión salarial las partes han optado por fórmulas innovadoras que se justifican por la situación económica general y la del sector financiero en particular”, si bien matizó que estas fórmulas “no prejuzgan ni condicionan los criterios a utilizar en futuros convenios”. La perspectiva ahora de un IPC_débil frente a una economía en ascenso y un negocio que se va recuperando, promete invertir el pulso entre las dos partes a la hora de acordar a qué índice ligar los salarios esta vez. Con la previsión de crecimiento del PIB en el 2% para 2015, la patronal echará de menos el IPC.
Para 2014, finalmente, se pactó un incremento del 1% para aun aumento del PIB de entre el 0% y el 1,5%; del 1,25%, si la economía creciera hasta un 1,75%; del 1,50%, si se quedara por debajo del 2%; o del 2% si el PIB creciera por encima.
La previsión oficial es que el año culmine con un incremento del 1,3%, aunque el Gobierno da ya por sentado que será del 1,4% –el INE ofrecerá el dato provisional el próximo viernes y el definitivo se conocerá en febrero– con lo que los empleados de las cajas tendrán derecho a un incremento de al menos el 1% en su remuneración de 2014. Como el sector sí adelantó el pasado año un alza del 0,5% provisional, las entidades deberán abonar ahora solo la diferencia hasta el incremento que resulte.
En paralelo, el convenio establece un incentivo por eficiencia que implica un incremento del 50% sobre el variable del plus fijado en el convenio –que oscila entre 300 y 700_euros según la categoría– si el ratio de eficiencia de una entidad es menor al 40%.
El responsable del sector financiero de Fes-UGT envió una carta a las entidades a mediados de mes solicitando el dato concreto de cada firma, para la aplicación de este bonus, que prevé general. El convenio afecta desde CaixaBank a Bankia, pasando por Unicaja, Liberbank, BMN o Ibercaja.
La congelación pactada para 2011 y 2012, y la sobrevenida en 2013, ha hecho perder poder adquisitivo a los trabajadores de las cajas de ahorro, pues el IPC de los tres años acabó en positivo.
Los sindicatos denuncian además que la mayoría de entidades del sector ha venido aprobando ajustes salariales propios, por lo que, de facto, llevan años asumiendo una reducción salarial que solo ahora podría comenzar a ver compensada.
Los bancos se preparan para debatir su acuerdo
Denunciado el convenio anterior, el sector de los bancos españoles se prepara para negociar con los representantes de sus trabajadores un nuevo acuerdo colectivo que fije las condiciones laborales de 2015 a 2018. Los sindicatos, encabezados por Comfia-CC OO y Fes-UGT, constituyeron su comisión negociadora el pasado miércoles, si bien la formación definitiva –y el inicio de las negociaciones- queda relegada a mediados de febrero, cuando el sector celebrará elecciones sindicales que podrían modificar el peso de cada central.
Al igual que en el caso de las cajas, la negociación del convenio anterior estuvo marcada por la pretensión patronal de desligar los salarios del IPC, acordándose finalmente la aprobación de dos ejercicios de congelación salarial seguidos de un incremento del 1,25% para 2013 y del 1,50% para 2014. Además, las partes pactaron una compensación adicional de entre el 0,5% y el 1,5% en función del RAE (resultado de la actividad de explotación) cuya aplicación sobre el pasado ejercicio está aún pendiente.
Al igual que ocurre en el caso del convenio de cajas, son ahora los sindicatos quienes están interesados en mantener alzas salariales fijas para los próximos años, complementadas en función de la rentabilidad de cada entidad, en lugar de recuperar la indexación de los sueldos al IPC, que de momento se sitúa en negativo y que el propio BCE duda si logrará llevar al entorno del 2% para septiembre de 2016.
Petición fiscal
Fes-UGT ha solicitado a la AEB que cambie la carga fiscal que se aplica al pago en especie a los empleados, pidiendo que se calcule sobre la media del diferencial entre sus préstamos y los de clientes preferentes y no frente al interés legal del dinero del 3,5%.