Fabricantes de coches sin salida
El North American International Auto Show de Detroit acaba de empezar y las acciones de los principales fabricantes están recibiendo poco, o ningún, crédito en su crecimiento del beneficio.
BMW, Ford, General Motors, Honda, Nissan, Toyota y Volkswagen vienen a buscar entre ocho y diez veces las ganancias esperadas este año, según datos de Thomson Reuters. La regla de oro es que cualquier cosa inferior a diez veces las ganancias sugiere un grado de estancamiento De hecho, sin embargo, a menudo, esto no ocurre.
La ignición y los fiascos en los airbag de GM, Honda y Takata son un gran factor. El debilitamiento del yen ha dado a las empresas japonesas una ventaja en EE UU de 3.000 dólares en el precio por vehículo sobre las tres grandes de Detroit, según Morgan Stanley. Los problemas en Rusia y América Latina, una recuperación mediocre en Europa y la perspectiva de desaceleración de las ventas en China se suman a las inquietudes.
Además, el auge de los coches conectados e incluso, tal vez, los sin conductor, les plantean tres grandes problemas. Ellos no son los líderes obvios para la innovación tecnológica.
Los fabricantes tienen más que temer que Tesla y Google. Ford, Fiat y otros necesitan mejorar los estándares de combustible. Europa exige que las emisiones de CO2 se reduzcan en un cuarto hasta los 95 gramos por kilómetro, dentro de siete años. Volkswagen reconoce que cada gramo de menos supone 100 millones de euros.
Por último, están presionados por el precio de la tecnología y el creciente poder de negociación de los titulares de patentes. Los clientes pueden estar dispuestos a pagar hasta 5.000 dólares por la conducción asistida –según Boston Consulting Group–, pero el coste de producción puede ser mayor. La tecnología podría estar conduciendo a los fabricantes de coches cuesta abajo hacia un callejón sin salida.