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Son los primeros comicios en los que ambos candidatos se atribuyen una holgada victoria

Rosell y Garamendi se disputan hoy el liderazgo de CEOE

Raquel Pascual Cortés

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales, comunmente conocida por sus siglas CEOE, se juega hoy su futuro más inmediato, con la elección del que será su presidente para los próximos cuatro años. Los representantes patronales tendrán que escoger entre seguir con el actual líder, Juan Rosell, o el recién nombrado presidente de Cepyme, Antonio Garamendi.

Por primera vez, los 768 vocales que votarán en las ocho urnas que habrá dispuestas desde primera hora de hoy en el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid, acuden a la cita patronal sin tener garantías plenas de quién va a ganar.

De hecho, hasta las pasadas elecciones, celebradas en diciembre de 2010, ni siquiera había habido ninguna elección en CEOE con más de un candidato. Y en esos comicios, aunque se presentaron el actual presidente, Juan Rosell, y el responsable de la patronal andaluza, Santiago Herrero, el resultado a favor del expresidente de los empresarios catalanes estaba más que cantado. Y así fue, el actual líder patronal ganó con una amplia ventaja.

Sin embargo, en esta ocasión, sí existe incertidumbre: no se sabe con certeza quién será el ganador y, es más, ámbos candidatos se atribuyen confiadamente una holgada victoria.

Durante la campaña electoral –que ha durado menos de un mes porque Garamendi no hizo pública su intención de disputarle el puesto a Rosell hasta finales de noviembre pasado– ambos candidatos han optado aparentemente por el fair play públicamente. Pero a nadie se le escapa que los equipos de ambos se han empeñado a fondo en conseguir los apoyos necesarios para ganar.

Llamadas de teléfono, reuniones, viajes por toda España, actos, Rosell y Garamendi han utilizado todas las vías posibles para intentar amarrar votos. Y, después de esta campaña, a fecha de hoy, ambos creen que van a ganar.

Así, Rosell calcula que podría conseguir la reelección con hasta el 70% de los votos, frente al 30% que obtendría Garamendi, según fuentes cercanas al actual presidente de CEOE.

Mientras que los cálculos de Garamendi son muy distintos y su equipo confía en lograr, en el peor de los casos una ventaja sobre Rosell de unos 34 votos; y si logran lo esperado de forma óptima conseguirían unos 367 votos, aventajando al actual presidente en unos 90 votos.

De momento, la única medición de fuerzas que se ha podido hacer han sido los avales. En ese punto Rosell presentó 306, mientras que su oponente prefirió presentar los mínimos que exigían los estatutos (20 avales procedentes de cuatro organizaciones diferentes). Por este motivo y, sobre todo, porque el voto es secreto, este reparto de avales no es un fiel espejo de lo que podría ocurrir hoy. De hecho, desde el entorno de Garamendi se espera que un buen número de vocales que han avalado a Rosell finalmente opten por su contrincante.

Sin embago, Rosell confía en la lealtad privada de todos aquellos que le han otorgado su apoyo público, ya que en su opinión es “muy difícil” que un vocal dé su firma y respalde la postura de su organización y luego haga lo contrario al depositar su voto en la urna.

Pero desde el entorno de quienes apoyan a Garamendi se asegura que muchos de esos avales se consiguieron por insistentes peticiones del equipo de Rosell, por lo que a la hora de ejercer el voto este podría dar sorpresas. El equipo del presidente de CEOE ha negado siempre cualquier acusación de haber ejercido presión alguna sobre los votantes.

No obstante, la rivalidad entre ambos, aunque soterrada, va a llegar hasta minutos antes de cerrarse las urnas. Y es que Antonio Garamendi envió a menos de 48 horas de la elección una carta a los votantes en la que les recordaba la “limpieza” y “transparencia” con la que ha llevado a cabo su campaña frente a “iniciativas extemporáneas” con las que veladamente acusó a su oponente de “enturbiar” el periodo de reflexión. Con ello, mostró su disconformidad con la decisión de Rosell de invitar a desayunar a los vocales hoy mismo antes de la apertura de las urnas e incluso durante la primera convocatoria de las votaciones, en un hotel a pocos metros del recinto donde se celebrará la votación.

Dicho todo esto, se abre una incógnita mayor y es qué ocurrirá el día después. Si gana Rosell, Garamendi pretende quedarse tres años como presidente de Cepyme, hasta agotar el mandato y ponerse a las órdenes del reelegido.

Mientras que Rosell no tiene tan claro que vaya a contar con Garamendi y fuentes cercanas aseguran que incluso podría forzar al perdedor a anticipar las elecciones en Cepyme. Si gana Garamendi, lo que hará Rosell sí que es una auténtica incógnita.

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

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