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El Plan Juncker: Europa necesita más gaseoductos, no aeropuertos fantasma

El BEI prestará €62.000 millones para que empresas privadas inviertan en proyectos en los ámbitos de infraestructuras de transporte, energéticas, educación e I+D+i. Para que dichos fondos consigan el máximo efecto, hay que priorizar y no repetir errores del pasado. En Europa hay 80 aeropuertos que reciben menos de un millón de viajeros. El 75% de dichos aeropuertos pierde dinero. En general, en Europa occidental las infraestructuras de transporte son suficientemente densas y de calidad. La red del AVE española es la segunda más extensa del mundo. El Foro Económico Global nos sitúa en el sexto lugar del mundo por la calidad de nuestras infraestructuras de transporte. Sólo necesitan más inversión nuestra capacidad de transportar mercancías por vía ferroviaria, una situación común a muchos países de Europa occidental.

Por otra parte, sí debemos invertir en infraestructuras energéticas que nos pueden convertir en una pieza clave de la política energética común europea. El gaseoducto Midcat que exportaría por el Mediterráneo el gas natural argelino a Francia nos aportaría beneficios por las tarifas de tránsito. A pesar del efecto de las sanciones, Putin habla ya de la UE y EEUU en términos iguales o incluso peores que en la época de la URSS. Nos llama fascistas con deseos de hundir a Rusia instalando armas nucleares en Ucrania cuando la UE ofrecía únicamente un tratado de libre comercio a Ucrania, y su rechazo por parte de Yanukovich provocó una revolución. Por ello, debemos reducir la dependencia europea del gas ruso. Para ello hay que construir plantas de regasificación de gas natural licuado, plantas de almacenamiento de dicho GNL, conexiones entre las redes eléctricas de los estados de la UE y gaseoductos y oleoductos procedentes del mar Caspio que no crucen territorio ruso.

Los anti-sistema y verdes rechazan las plantas nucleares. También se quejan con razón de las emisiones de CO2 de las plantas térmicas que utilizan carbón. Quieren que utilicemos sólo energías renovables cuya tecnología actual es insuficiente para hacerlas rentables. EE.UU. puede exportar parte de su gas natural si Europa lo facilita. A EE.UU. le sale más a cuenta exportar su gas natural a las potencias asiáticas porque pagan más. Mientras EE.UU. avanza hacia la independencia energética como primer productor mundial de gas natural e igualando este año a Arabia Saudita en producción de petróleo, la UE vive en un mundo de fantasía con sus proyecciones de generación de energía renovable. Por lo menos esperemos que no sigamos construyendo aeropuertos fanstasma.

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