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Columna
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El baño de plata de la deuda italiana

Para Standard & Poor’s, la deuda soberana de Italia está ahora solo un escalón por encima de la calificación más baja. Las firmas de rating solo dan opiniones, pero sus puntos de vista pueden hacer que los inversores compren o vendan, ya que fondos y e índices están obligados a unas normas mínimas de calificación. Los recortes a la llamada categoría basura fueron dolorosos durante la última crisis. Italia está ahora un paso por encima de este punto, en BBB-.

S&P solo señala lo que los mercados han tenido mucho interés en ignorar. El país tiene fortalezas, por ejemplo, sus ingresos fiscales son ahora mayores que sus gastos, excluyendo los pagos de intereses. Sin embargo, la combinación de una economía estancada y su elevada carga de deuda es peligrosa. S&P prevé que la deuda alcance el 133% del PIB en 2016.

Un crecimiento más rápido del PIB traería calificaciones más altas. Sin embargo, Matteo Renzi, el todavía relativamente nuevo primer ministro, está teniendo dificultades para llevar a cabo las reformas necesarias que aporten más dinamismo. Si no lo logra, es muy probable que aumente la presión fiscal, provocando nuevas rebajas de nota.

Matteo Renzi está teniendo dificultades para llevar a cabo las reformas necesarias para aportar dinamismo

Si más de un organismo decide que Italia no merece más nota, muchos tenedores de deuda venderían. Los únicos compradores plausibles a cualquier escala serían los bancos italianos. Las calificaciones de su propio crédito probablemente sufrirían.

En teoría, el Banco Central Europeo podría comprar cualquier deuda basura italiana que los mercados no quieran a un precio aceptable. Pero una compra importante sería veneno político para Alemania.

La calificación de la deuda italiana como basura no es ni inminente ni inevitable. Sin embargo, haría al menos que fuera imposible ocultar la verdad: debe amortizar el exceso de deuda, impulsar reformas y revisar la política fiscal europea. Los italianos tienen una frase para las buenas noticia que salen de las malas: non tutto il male vien per nuocere (no todo el mal viene para hacer daño).

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