El consejo de Caja Madrid tuvo “voluntad” de ocultar las visas B
Los consejeros de Caja Madrid tuvieron “voluntad de ocultación” con las 'tarjetas black' de la entidad ya que no declararon sus gastos a la Administración tributaria, a las auditorías interna y externa ni al experto independiente de la firma Garrigues, según consta en el informe que los peritos del Banco de España han entregado al juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu.
El dictamen pericial, al que ha tenido acceso Europa Press, revela que el uso de las tarjetas, en las que se cargaron 15,2 millones de euros entre los años 1999 y 2012, supuso un incumplimiento de la Ley de Cajas de Ahorro de la Comunidad de Madrid, al no encajar estos gastos ni como “asistencia” a las reuniones de los órganos de gobierno ni como “indemnizaciones” por los perjuicios que la “participación efectiva” en los mismos podría haberles provocado.
Los peritos, que destacan “el escándalo producido al conocerse los hechos”, señalan que “no consta” que estas retribuciones “se declararan” a Hacienda ni que los consejeros que utilizaban las tarjetas “tributaran por ellas”. Además, subrayan que la auditora interna no conoció el asunto hasta junio de 2014 y en los papeles de trabajo de la auditora externa tampoco aparecieron reflejados estos cargos.
Los expertos del regulador también sostienen que “no es precisa una especial cualificación para advertir el carácter indebido de un uso de la tarjeta ajeno a la actividad del cargo”, ya que todos sus usuarios “pertenecían a la dirección de la entidad o a sus órganos de gobierno y habían tenido responsabilidades y experiencia en puestos de distinta índole”.
En todo caso, destacan que el comportamiento de los consejeros de Caja Madrid que utilizaron las tarjetas opacas “no fue equivalente ni siquiera parecido, tanto en lo que se refiere a la cuantía de los gastos como a su naturaleza”.
Como ejemplo, señalan que el exministro de Relaciones con las Cortes Virgilio Zapatero (PSOE) devolvió por propia iniciativa 12.212 euros mientras que el exdirector general del Banco Financiero de Ahorros (BFA), Matías Amat, “cesó como director de Participadas el 16 de junio de 2011 pero siguió usando las tarjetas hasta octubre de 2011, incurriendo en un gasto adicional de 15.876 euros”.
El informe también sostiene que Garrigues, que a finales de 2011 elaboró un informe sobre adaptación de remuneraciones a la normativa en cumplimiento del encargo de realizado por el Banco de España, tampoco tuvo constancia de la existencia de las tarjetas y que esta circunstancia no se incluyó en el folleto de salida a Bolsa, en julio de 2011.
De igual modo, el medio de pago utilizado por los consejeros de la entidad no fue trasladado a la Comisión de Nombramientos y Retribuciones de Caja Madrid ni aparecía referido “en las sucesivas memorias anuales de Caja Madrid, BFA y Bankia ni en los informes de Gobierno corporativo”.
Tampoco apareció reflejada en la publicación individualizada de las remuneraciones de consejeros y miembros del Comité de Dirección que se realizó el 30 de diciembre de 2001, en cumplimiento de una circular del Banco de España.
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