Los fondos de inversión sí se fijan en las renovables
Son muy pocas las operaciones de inversión en renovables en España. Pero el final de 2014 estará marcado por el interés del capital riesgo, atraído por los mejores precios de las plantas que han dejado los recortes
El capital riesgo es, por el momento, el instrumento más activo para hacer caminar de nuevo a las renovables. Las escasas operaciones que registra el sector, paralizado por los sucesivos recortes del Gobierno, se están realizando a través de estas estructuras, según los analistas; en concreto, por los fondos especializados en renovables, conocedores de esta industria y que ahora empiezan a efectuar operaciones de compra a mejores precios.
Aún es pronto para saber cuál será la liquidación definitiva de las instalaciones después del tijeretazo a las primas y las nuevas condiciones de rentabilidad impuestas por el Gobierno a las renovables.
Pero sí hay estimaciones de que su valor ha caído a la mitad, lo que está animando a estos fondos a realizar las pocas transacciones que en estos momentos están en marcha. La consultora financiera Accuracy, por ejemplo, lleva realizadas una decena de operaciones desde el verano. “No es mucho, pero en 2012 y 2013 no se movía nada”, comenta Miguel Viejo, socio de la firma.
Estados Unidos y Reino Unido son los más interesados en las plantas españolas de renovables
Esos dos años marcan dos puntos negros en esta industria en el país, tras durísimas normas que prácticamente pusieron fin a las ayudas económicas al sector e imponían nuevos niveles de rentabilidad para seguir percibiendo las primas. Es la forma que ha encontrado el actual Gobierno de zanjar el molesto debate sobre el déficit de tarifa, el enorme agujero que arrastra el sistema eléctrico y que se ha cifrado en 30.000 millones de euros.
Desde entonces, no han dejado de sucederse denuncias de inversores internacionales ante el Centro de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
Fondos de inversión como el gigante NextEra y otros vinculados a los bancos Deutsche Bank y BNP defienden que aquí no se ha respetado la seguridad jurídica exigible. En el lado contrario, el Ejecutivo alega que esas compañías buscaban demasiada rentabilidad.
Ahora, y según los analistas, detrás de las pocas operaciones en marcha no estarían los llamados fondos buitre, o sea, los que buscan los saldos de una crisis como la que arrastra este sector, sino fondos tradicionales que acuden a un mercado que se está reajustando.
En los últimos tres años se han registrado 13 operaciones de capital riesgo en el sector de las renovables en España, según el cálculo de la consultora financiera TTR, especializada en fusiones y adquisiciones.
De esas transacciones, que recogen tanto inversiones como desinversiones, siete se realizaron en 2012, cuando el Gobierno anunció el recorte de primas al sector. Al año siguiente, el número de operaciones cayó a la mitad, y se mantuvo en tres operaciones en 2014.
No sorprende que, del capital movilizado en estos tres años, la operación más importante haya sido la compra del fondo KKR de un tercio del negocio renovable internacional de Acciona. La transacción, de 417,05 millones de euros, absorbió casi todo el capital movilizado ese año.
Uno de los objetivos de Acciona ha sido preparar la oferta pública de los activos renovables internacionales de la firma española a través de una yieldco, un vehículo que garantiza estabilidad y dividendos para los inversores.
El valor de este tipo de instalaciones ha caído un 50%, según los analistas
Ahora, la compañía y el fondo trabajan con varios bancos para fijar el paquete de activos que se ofertará en 2015, cuando está previsto que empiece a cotizar la nueva compañía, aunque aún está pendiente determinar en qué mercado. La de Acciona es una muestra más de cómo las compañías grandes y con cierto músculo financiero están saliendo fuera.
En 2012, los fondos de inversión movilizaron 56,6 millones de euros y 50 millones en 2013. Cuando se mira qué países se interesan por las renovables en España, Estados Unidos y Reino Unido son los más activos. Ambos captaron el grueso de las inversiones extranjeras en este sector entre 2012 y 2014.
“Estos dos países suelen estar a la cabeza de la inversión en España en prácticamente todos los sectores, y las renovables no son una excepción”, comentan en TTR. Por su parte, la escasa salida de fondos españoles fuera se ha concentrado en dos únicas operaciones en América Latina: en Ecuador en 2012 y en Uruguay en 2014.
Tres transacciones han destacado en estos tres años por volumen de capital, aparte de Acciona. Sinia Renovables, un fondo vinculado al Banco Sabadell, vendió a HgCapital el proyecto Hidrodata, de energía hidráulica y eólica en Granada, por 22 millones de euros.
A su vez, el fondo homónimo Hidrodata se deshizo del parque eólico El Conjuro, de 16 aerogeneradores, por valor de 7,5 millones de euros en el año 2012.
Un fondo de accionistas particulares protagonizó otra de las operaciones destacadas de los últimos tres años, con la venta a CPL Industries, perteneciente a Vision Capital, de la planta de biomasa de Ingelia, en Valencia, para ampliar la fábrica. El coste de la operación, que se realizó en 2013, ascendió a 0,5 millones de euros.
Un empujón a la salida al exterior
En espera de que la industria se recupere aquí, las escasas compañías con suficiente tamaño y capacidad financiera siguen buscando ingresos fuera. Así es como Abengoa se ha convertido en la primera empresa española que apuesta por una yieldco, o dicho de otro modo, un nuevo vehículo financiero que segrega parte de los activos en otra compañía, una filial que cotiza por separado y es rentable por sí misma. Los ingresos que genera esa nueva empresa financian a ambas y ofrece mayor estabilidad.
Abengoa Yield salió al Nasdaq hace tres meses y ya espera repartir un dividendo de 1,04 dólares por acción el próximo año y 1,68 dólares el siguiente ejercicio.
Como ha explicado la agencia Bloomberg sobre los beneficios de este vehículo financiero: “Se trata de un medio cada vez más frecuente para las empresas de energías renovables de captar capital con un menor coste. Venden sus nuevos proyectos a las yieldco, utilizándolas para financiar otras plantas”.