Europa entrega el testigo de la fotovoltaica a China
La competitividad de la solar fotovoltaica no solo depende de su habilidad para reducir el precio de la factura eléctrica, sino también de vender el excedente de electricidad en el mercado. En este sentido, 2013 fue un año difícil. Muchos países dieron marcha atrás en sus compromisos, como España, con medidas que han desanimado el autoconsumo; o Alemania, donde la potencia instalada bajó por primera vez en muchos años”. Este es el balance que hace la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica (EPIA, por sus siglas en inglés) del comportamiento del sector en Europa el año pasado.
El año 2013 fue un punto de inflexión, según plasma la patronal europea en su informe sobre las perspectivas del mercado mundial de la fotovoltaica 2014-2018. Ese año, Europa, que hasta ahora había tirado del sector, cedió el podio a China. El Viejo Continente “había progresado rápidamente en la última década: de menos de un megavatio en 2006 pasó a más de 13,7 gigavatios en 2010 y a 22,3 gigavatios en 2011 –incluso en circunstancias económicas difíciles–. Pero el récord de 2011 no se pudo mantener y 2013 fue el momento más bajo desde 2009”, apunta el documento. El año pasado, Pekín conectó a la red 11,8 gigavatios de potencia.
No sorprende que España sea uno de los puntos negros en la caída del sector europeo. El país “ha demostrado que el sobrecalentamiento supone un boom un año y la ruina al siguiente”, en referencia al récord de 2.707 megavatios que se instalaron en 2008, según cifras de la Unión Española Fotovoltaica (Unef). En 2013, España instaló 118 megavatios, un descenso del 64,5% respecto al año anterior, “en un contexto de crisis económica, la inmensa sobrecapacidad del sector eléctrico y una gran oposición de las autoridades y de los inversores a la fotovoltaica”, matiza el informe.
Aunque España figure como uno de los países donde el sector ha salido peor parado, el tono en el resto de Europa también fue bajo. Por primera vez en años, Alemania redujo su capacidad instalada en 2013 hasta 3,3 megavatios, un 56,5% menos que en 2012. Por su parte, Italia, uno de los países que tradicionalmente ha tirado de la fotovoltaica, conectó 1,4 gigavatios a la red el pasado ejercicio, bajando del segundo al tercer puesto en el ranking europeo. Francia también decepcionó. El país galo cerró 2013 con 613 megavatios, un descenso del 45% respecto al año anterior, “debido a la decisión del Gobierno de reducir los mecanismos de apoyo, así como al rechazo de los inversores tradicionales, lo que llevó a crear una imagen negativa de la solar fotovoltaica”.
Incluso Dinamarca, que resultó una de las sorpresas de 2012, con 316 nuevos megavatios, “frenó el boom en 2013 por un cambio en su política de balance neto (compensación por verter energía a la red), lo que desincentivó la fotovoltaica”.
Pocas opciones hasta 2018
Incertidumbre es lo que la patronal europea augura como horizonte a los paneles fotovoltaicos de aquí a 2018, sobre todo por una razón: “La drástica reducción de políticas de balance neto [compensación económica por inyectar en la red la energía producida a partir de tecnologías renovables]”. Esto, argumenta la Asociación Europea de la Industria Fotovoltaica, “llevará a la baja a algunos mercados en 2014, con pocos países emergentes en Europa que puedan compensar el declive”. A largo plazo, este organismo ha diseñado dos tipos de escenario para 2018. El más conservador prevé que el mercado “se mantenga estable en el mejor caso y pueda incluso caer”. En ese esquema, y sin apoyo político, “la transición hacia un mercado fotovoltaico competitivo se complicará en los próximos cinco años y se mantendrá bajo, en torno a los 6 u 8 gigavatios”.En un escenario más optimista, la patronal prevé que el sector se estabilice y vuelva a crecer a partir de 2015, de la mano de nuevos mercados en Europa. “Esto requerirá la estabilización de los mayores productores, como Alemania e Italia, la continuación de las actuales políticas en Reino Unido y una recuperación en España y Francia”. En ese caso, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suiza, Austria y Portugal ayudarán a mantener el mercado durante los próximos años.