Un euro por debajo de 1,20 dólares en 2015
Si algo ha conseguido el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, con sus constantes estímulos en política monetaria es la depreciación del euro. La moneda común quedó ayer en 1,274 dólares -en mínimos de casi dos años- y acumula una caída del 9% frente al billete verde desde los máximos anuales de mayo, cuando rozó los 1,40 dólares. Fue entonces cuando Draghi mostró su preocupación por la escalada de la divisa y avanzó, una vez más, que adoptaría medidas no convencionales necesarias para incentivar el crédito y el crecimiento. Bastó esa declaración de intenciones para girar a la baja la cotización del euro.
La batería de medidas sin precedentes adoptadas después han mantenido la racha bajista. Pero ha sido la insistencia de Draghi estos días en que garantizará una “política monetaria expansionista” en un “periodo prolongado” de tiempo, después de haber bajado por sorpresa los tipos de interés en su reunión de principios de septiembre, lo que ha acelerado la debilidad del euro.
A esto hay que añadir la normalización monetaria que ha enfilado la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, lo que ha contribuido a una continuada apreciación del dólar frente a las principales divisas. “El desacoplamiento en las políticas monetarias de la Fed y el BCE, con un claro contraste entre unos tipos de interés extremadamente reducidos sine die en la zona euro y la perspectiva de subida de tipos de la Fed a partir de mediados de 2015, continuará siendo un factor de presión alcista para el dólar. Además, las inyecciones de liquidez del BCE a través de los TLTROs y el programa de compra de ABS contribuirán a depreciar el euro”, apunta Bankinter en su último informe de perspectivas.
Marian Fernández, responsable de estrategia de Inversis Banco, destaca además que “ante los diferentes ciclos económicos que atraviesan la eurozona y EE UU, el euro está llamado a estar débil frente al conjunto de divisas mientras que el dólar será la moneda fuerte en los próximos meses”. Así, la firma ha revisado a la baja su pronóstico y baraja que el euro se sitúe en un rango de 1,20-1,30 dólares en 2015.
Desde Deutsche Bank sostienen que “nos dirigimos hacia un euro en 1,25 dólares a finales de 2014 y aún más bajo por los crecientes riesgos de una baja inflación y la posibilidad de una Quantitative Easing (QE) a gran escala”.
En el mercado han aumentado las expectativas de que el BCE pueda activar un programa de compra de deuda al estilo de la Fed incluso antes de que acabe este año, ante la pérdida de impulso del crecimiento económico en la zona euro, confirmada por el propio Draghi.
“La respuesta de los bancos europeos a la oferta TLTRO de financiación ultrabarata ha sido decepcionante. Esperamos por tanto nuevas medidas para inyectar liquidez a la economía antes de fin de año”, señala un informe de Ebury, que ve el euro en los 1,18 dólares en el segundo trimestre de 2015.
Por su parte, BNP ha rebajado recientemente su estimación a 1,18 dólares para 2014. Y en Citi prevén un tipo de cambio de 1,23 dólares a tres meses y de 1,15 dólares a seis y 12 meses.
Más a largo plazo, Goldman Sachs ha realizado una atrevida apuesta, al pronosticar que el euro caerá hasta la paridad con el dólar en el año 2017. La casa de análisis esgrime las divergencias entre el BCE y la Fed, cuyas políticas monetarias caminan en direcciones opuestas.
Una caída desde los niveles actuales hasta la paridad con el dólar, supondría una depreciación del euro del 21%.
Impacto positivo sobre la inflación
“Solo resta confiar en los efectos beneficiosos sobre la economía de un euro más bajo”, comenta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. Por lo pronto, la debilidad del euro supone un estímulo para la eurozona, especialmente para el sector exportador, en un momento en el que la demanda doméstica flaquea.
Según el BCE, un descenso del euro del 10% tiene un impacto de 0,12 puntos sobre la economía de la eurozona.
Además, en la lucha contra la temida deflación, la depreciación del euro también debería tener su impacto. Según un informe de Citi, “un 10% de depreciación del tipo de cambio efectivo es equivalente a +0,4/0,5 puntos de inflación en un año en la zona euro.
Draghi volvió a reiterar ayer en una entrevista que está dispuesto a usar todas las herramientas no convencionales que le permite su mandato o a alterar el tamaño o la composición de las actuales para eliminar los riesgos de una prolongada baja inflación.
La inflación de la región del euro lleva 11 meses consecutivos por debajo del 1%, una zona que el BCE considera peligrosa. La inflación de agosto fue del 0,4%, según la revisión de Eurostat, cifra muy inferior al objetivo marcado del BCE del 2%. El organismo ha mantenido sus previsiones de inflación 2015 y 2016 en el 1,1% y el 1,4 % respectivamente.