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Los rayos del sol o los pasos de cebra pueden determinar el futuro

Cómo elegir el lugar ideal para su negocio

Las franquicias son las grandes expertas en el momento de realizar estos estudio Lizarran, Imaginarium, Llaollao o Carlin son algunas de ellas

 La apertura de un establecimiento comercial es un proceso duradero. Sobre todo en lo que respecta a los pasos previos de la inauguración del local. La edad media de la población que vive por la zona, su nivel adquisitivo o las tiendas y los comercios cercanos son algunos de los factores que se estudian. Aunque también hay otros mucho más inusuales, como la cercanía a un paso de cebra o la hora del día en la que los rayos del sol inciden sobre el negocio.

Imaginarium. Tener bien fijada la clientela a la que se quiere llegar

Imaginarium es la franquicia dedicada por antonomasia a la venta de juguetes para lo más pequeños. “Nuestra ubicación predilecta es una calle o un centro comercial, siempre y cuando esté rodeada por marcas conocidas, con prestigio y que garanticen tráfico de gente”, explica Isabel Martínez, directora de venta minorista de esta compañía.

El departamento de expansión de esta franquicia analiza también los tipos de usuarios que van a los centros comerciales o a las calles en las que se instalan. “Nuestros clientes principales son las familias, es algo que siempre tenemos en cuenta. Por ello nos situamos en aquellos lugares frecuentados por estas”.

En España hay un total de 92 Imaginarium. Un establecimiento como este cuesta cerca de 150.000 euros.

 

Eroski. La importancia de las estaciones del año

“La ubicación de la franquicia es el factor más determinante para su éxito”, explica Enrique Martínez, director de franquicias de Eroski.

En este caso, la densidad de población sobre la que se puede tener influencia es vital. “Las personas mínimas para poder valorar un proyecto así son 2.500”, explica. Además del nivel económico de la población y de la competencia cercana, la temporalidad es un factor clave”, explica.

Hay muchas localidades, sobre todo en la costa, en las que la mayoría de la actividad se concentra en los meses estivales. “Hay que valorar si merece la pena o no abrir un establecimiento en una situación así”.

En España hay un total de 485 locales franquiciados.

 

Sanitas y +Visión. A las franquicias de la salud no les faltan clientes

“La franquicia responde al hábito de consumo y a las necesidades de la población”, explica Miguel Ángel Oroquieta, director general de T4 Franquicias, “y las que se encargan de cubrir necesidades que afectan a gran parte de la gente no tienen problemas para ubicarse”. Dos de sus clientes son Sanitas Dental y la Óptica +Visión.

Sanitas cuenta con una ventaja importante. “Busca los lugares en los que gran parte de los habitantes tienen contratado un seguro dental y se instala allí”, explica.

La óptica, por su parte, es un negocio de barrio: “Gran parte de la población necesita gafas, así que una vez que el proyecto está instalado, lo que te queda es diferenciarte de tus competidores”.

 

 

Las franquicias son las grandes expertas en el momento de realizar estos estudios. Es lógico, ya que su principal objetivo es crecer y abrir nuevos establecimientos que den reconocimiento a su marca. Para ello es necesario contar con un departamento que investigue y analice todos estos factores.

Miguel Ángel Oroquieta, director general de T4 Franquicias (consultora especializada en el crecimiento empresarial), explica la importancia de estudiar tanto el producto que se va a ofrecer como la clientela que lo va a consumir. “Hay que tener en cuenta los hábitos de consumo de la población que se va a convertir en cliente. A raíz de ahí veremos si nuestro producto encaja o no en la zona”.

Este factor también lo recalca Miguel Ángel Delgado, portavoz de Lizarran, la franquicia especializada en el consumo de pinchos y tapas. “Una misma compañía puede tener establecimientos en puntos diferentes del país, con hábitos de consumo totalmente distintos entre sí. Hay que tener en cuenta las costumbres locales y el clima. No es lo mismo abrir un restaurante de tapas y picoteo en Andalucía que en la costa cantábrica”, explica Delgado.

La ubicación es un factor capital a la hora de abrir un establecimiento, por no decir el primordial. Una calle puede ser peatonal, comercial o servir de paso entre dos puntos. Puede tener un flujo muy alto de gente a una hora determinada del día y estar prácticamente desierta en otro momento. “Por ello, para mí lo más importante, incluso por encima de la propia marca, es la ubicación”, explica Xavier Vallhonrat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF).

Pero la ubicación debe estar adaptada al producto que se ofrece. “Si pones un establecimiento cerca de un supermercado tendrás una afluencia de público muy numerosa, pero si tu producto está destinado a un público joven, la elección no habrá sido la adecuada”, recuerda Vallhonrat.

La clase social a la que pertenece la gente de la zona es otro de los factores a estudiar. “Se tienen muy en cuenta los datos que proporcionan la encuestas respecto al nivel adquisitivo de los habitantes de un barrio o una localidad”, explica Oroquieta, de la Consultora T4. “No sería lógico ofertar un producto con un coste que los clientes potenciales no pudieran permitirse”, añade.

Los comercios que hay en la zona de interés también son un punto clave del análisis por varios motivos. Cuando una tienda se instala en una zona en la que todos los establecimientos venden productos de la misma temática, el público al que se llega ya está posicionado hacia un tipo de negocio. “Ahí puedes triunfar por ofrecer algo diferente o hundirte porque nadie consuma”, explica el director general de T4 Franquicias.

La rivalidad también cobra peso en los estudios. Una franquicia nueva puede derrumbarse porque no sea capaz de disputarle el puesto a otra con una clientela fiel, o por el contrario puede dominar por ser la novedad. Al igual que la competencia, que puede determinar el porvenir del negocio. “A veces, pesará más la ubicación de la tienda, otras será más importante, para bien o para mal, la competencia que haya alrededor del futuro establecimiento”, explica el director del departamento de expansión de Dia, Valentín Trillo.

Son varias las circunstancias que las franquicias tienen en cuenta y que determinan si merece la pena aventurarse en el negocio. Todas ponen en el punto de mira los lugares en los que situarse o la población cercana, pero hay otros factores que dependen exclusivamente de los productos que venden. Algunas de ellas nos cuentan sus métodos.

Llaollao. Cuidar los detalles más pequeños

“Nuestro producto se vende por impulso”, explica Pedro Espinosa, director general de Llaollao, la franquicia de los yogures helados. Por ello, una calle comercial con un gran flujo peatonal es la ubicación predilecta para este negocio. No obstante, hay otros factores determinantes. “Llaollao se consume sobre todo por la tarde. Nos establecemos en las aceras de las calles en las que a esas horas no da el sol, ya que la gente pasea por la sombra en verano y primavera, la época en la que más vendemos”.

Y como el yogur helado se consume por impulso, si el local está cerca de un paso de cebra, mucho mejor. “Así la gente consume cuando espera a que el semáforo se ponga en verde”.

La licencia de esta franquicia cuesta 120.000 euros. Hay 110 en España.

 

SaboreaTé y Café. Hay que integrarse y fusionarse con la zona

Esta franquicia realiza sus estudios de forma diferente al resto. “No analizamos una zona y buscamos un local”, explica Mario Rubio, director general de SaboreaTé y Café. “Primero buscamos un establecimiento que nos guste y después lo examinamos para ver si es adecuado”.

Esta compañía se fusiona con la zona. Primero realizan un estudio comercial del lugar y apuntan todos los establecimientos o edificios que pueden reportarles consumidores, “como colegios, museos o gimnasios, ya que a nuestro cliente le gusta cuidarse”.

La franquicia también elige el mobiliario en función de cada local. “En algunos la gente viene a tomarse un café rápido y en otros viene a pasar más tiempo. Ahí ponemos sillones”.

 

Carlin. La necesidad de adaptarse a los horarios

Carlin es una franquicia dedicada al sector de la papelería, por lo que su situación idónea es aquella cercana a los colegios y oficinas. “Cada una de estas zonas tiene su ritmo y sus horarios. Un colegio va a tener más flujo por la mañana y muchas oficinas tienen más movimiento por la tarde”, explica Lydia Estremera, consejera delegada de Carlin. “Por esa razón, nuestras tiendas se adaptan al horario de la zona”.

Esta franquicia necesita establecerse en lugares con un número mínimo de población, para que no haya parones de ventas, ya que son productos que se compran cada cierto tiempo. “Lo ideal es que haya al menos 15.000 personas”.

En España hay 485 establecimientos. La franquicia cuesta aproximadamente 60.000 euros.

 

 

 

 

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