El FROB compromete 572 millones extra para sanear Catalunya Banc
La compra por parte del fondo de capital riesgo Blackstone de una cartera de hipotecas problemáticas de Catalunya Banc, por 3.615 millones de euros, se apoyará en un contribución de ayudas públicas de 572 millones de euros, realizada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
La cartera de préstamos tóxicos vendida el miércoles tiene un valor nominal de 6.392 millones de euros y unas provisiones de 2.205 millones. La operación se ha materializado por medio de la transferencia de dicha cartera a un fondo de titulización de activos (FTA) por 4.187 millones de euros.
Para completar la transacción, Blackstone pagará en breve 3.615 millones de euros en efectivo a Catalunya Banc, que mejorarán su posición de liquidez, y el FROB aportará la cantidad restante, 572 millones, a través de un bono junior. Este producto servirá para asumir las primeras pérdidas que genere la cartera. Solo en el caso de que la morosidad y las ejecuciones hipotecarias deterioraran el fondo por encima de esos 572 millones, Blackstone perdería dinero con su inversión.
Fuentes del FROB –un organismo controlado por Economía y el Banco de España–, se mostraban ayer “muy satisfechos” con la operación, puesto que supone aligerar el balance de Catalunya Banc y “normalizar” sus ratios, lo que favorecerá la venta de la entidad. Hoy mismo, concluye el plazo para la presentación de ofertas vinculantes por este banco (producto de la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa) y nacionalizado en 2012.
“Al adquirir un fondo la cartera de préstamos problemáticos, puede ofrecer un mayor precio que si se tuviera que hacer con ella una entidad financiera, lo que permitirá maximizar la venta del conjunto”, explican.
Respecto al dinero comprometido por el FROB con la emisión del bono júnior, consideran que se recuperará la mayor parte de esa inversión. y subrayan. “Al ser 572 millones, las perspectivas de recuperación son mucho mejores que si hubieran sido 1.500 o 2.000 millones de euros. Nos parece una inversión financiera razonable, con posibilidad de recuperación valorable”, señalan las mismas fuentes.
Una “magnifica” venta
El FROB considera que esta “magnífica venta” de la cartera de créditos problemáticos genera “expectativas positivas” para la subasta de la entidad, y aleja el riesgo de que Bruselas impusiera la liquidación del banco.
Tras anunciar la venta de las hipotecas, se buscaron inversores que valoraran “mejor” la cartera “que las entidades que en ese momento estaban pujando por la entidad en su conjunto. “Se ha demostrado que en el mercado hay inversores que valoran más positivamente la cartera que la banca tradicional”, han dicho.
El FROB ha explicado que la cartera –que tenía un 59% de créditos dañados– se colocó en una segunda vuelta de la subasta y que recibió cuatro ofertas vinculantes. Esta segunda ronda permitió mejorar el precio en un 10,7%, respecto a la primera ronda de ofertas vinculantes. El precio logrado supera en más de un 20% el precio medio ofrecido en las ofertas no vinculantes. “Ha habido mucha tensión competitiva”, han destacado.
Las hipotecas de la burbuja
Los créditos de Catalunya Banc vendidos el miércoles a Blackstone se corresponden fundamentalmente con los concedidos por la entidad financiera en el peor momento de la burbuja inmobiliaria. De acuerdo con fuentes del FROB, el grueso de las hipotecas compradas por el fondo de capital riesgo fueron concedidas entre 2005 y 2008, un periodo en que algunas cajas de ahorros emprendieron un imprudente política de expansión territorial.
“Evidentemente esta cartera tan poco atractiva proviene de una época de mala gestión”, apuntan estas fuentes. “Lo que está intentando ahora el Fondo es corregir en la medida de lo posible las malas decisiones tomadas por los antiguos gestores de Catalunya Banc”. En esa carrera por ganar tamaño, muchas entidades tasaron inmuebles a precios excesivos y concedieron préstamos que superaban el 100% del valor de la vivienda hipotecada.
El 59% de los créditos vendidos a Blackstone han sido impagados en algún momento, y del 41% restante hay parte que se ha beneficiado de refinanciaciones.
Además, se trata de clientes “poco vinculados a la entidad, por lo que no suponen pérdidas significativas en clientes y depósitos para la entidad. Por ello se pensó que era mejor intentar la venta por separado”.
El nivel de productos de pasivo (cuentas corrientes y depósitos) que estos clientes mantenían en Catalunya Banc era “ridículamente bajo”, se apunta desde el FROB.