Los ingredientes misterosos de Lindt
Para los accionistas de Lindt, la vida es como una caja de bombones. No sabían que iban a hacerse con Russell Stover, la firma cuya caja de regalo apareció en Forrest Gump. Todavía no saben lo que Lindt ha pagado al tercer mayor fabricante de bombones de Estados Unidos, o lo que obtendrá en términos de rentabilidad.
Se han publicado pocos detalles financieros. Lindt ha dicho que la empresa de gestión familiar Russell Stover logra 500 millones de dólares o más en ventas anuales. También ha afirmado que el acuerdo elevará las ganancias por acción –pero eso es casi un hecho con cualquier operación en efectivo que se realiza cuando los tipos de interés están tan bajos–. Además, se compromete a mantener las fábricas y las oficinas de Kansas City, lo cual muestra que su intención no es recortar costes.
La operación parece enfocarse más a rutas para comercializar en Estados Unidos. Lindt, que posee Ghirardelli de California, ya es fuerte en las costas este y oeste. Ahora Russell Stover lo introduce en estados de votantes republicanos: el centro no tan empalagoso del país.
La operación de la compañía suiza parece enfocarse a conseguir rutas para vender en Estados Unidos
En febrero, el diario The Wall Street Journal aseguró que Russell Stover había conseguido un Ebitda de 60 millones de dólares. Este fin de semana el Financial Times sugirió que el precio de venta podría estar cerca de 1.400 millones de dólares. Esta no es la mega operación que redefinirá el mundo del chocolate, pero todavía supone un precio elevado de 23 veces el Ebitda, cuando Lindt cotiza en 14,9 veces el Ebitda del año pasado, después de ajustes, según UBS.
Las cifras del WSJ implican márgenes de Ebitda de solo un 10%. Su rival Hershey gana el doble así que es posible que los márgenes de Ebitda de Russell Stover sean más altos, o puedan mejorarse rápidamente. También podría haber beneficios fiscales importantes. Si es así, el precio parecería mucho mejor.
La familia que lidera Russell Stover está obviamente interesada en preservar su privacidad. Sin embargo, la discreción sigue siendo decepcionante. El buen comportamiento de Lindt implica que los inversores también pueden darle el beneficio de la duda. Pero esto no es como comprar una caja de bombones por San Valentín. Al presentar a los accionistas el mayor jamás realizado, lo mejor es dejar la etiqueta del precio.