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Gastronomía

La cena, el restaurante, la vajilla... todo impreso en 3D

El día elegido es el 3 de diciembre, fecha escogida como guiño al 3D El alimento (en puré) se carga en unos cartuchos y la impresora le da forma

Alfonso Simón Ruiz

La comida que le sirven en el restaurante de alta cocina está realizada con una impresora 3D (tres dimensiones). El plato también. Y la mesa. Y la silla. Y el propio restaurante. Este es el banquete que la firma Reimagine Food y el chef Paco Morales realizarán en Barcelona y Nueva York como experimento.

Barcelona, el nuevo Silicon Valley... de la alimentación

Reimagine Food es una empresa un poco particular. Su principal negocio consiste en ser un laboratorio para otras empresas. “Nuestro objetivo es hacer ideas locas”, reconoce Marius Ribles, su cofundador, siempre enfocado al sector alimentario.Durante meses han analizado miles de start-ups de todo el mundo para conocer las iniciativas tecnológicas más interesantes e invitarlas a colaborar. Como objetivo se marcan “promover en Barcelona el Silicon Valley de la alimentación y las tecnologías disruptivas”, aquellas que cambien nuestra forma de comprar los alimentos y de cocinarlos. Como socios individuales cuentan con el abogado Emilio Cuatrecasas, el presidente de Europastry, Jordi Gallés, y el vicepresidente de Natura Bissé, Joaquín Serra.Su primera línea de negocio es la incubación de 20 pymes tecnológicas, durante periodos de tres meses de formación y financiación. Pero del Lab saldrán las ideas más arriesgadas. Ya colaboran con ellos 25 chefs de todo el mundo para aplicar la tecnología, los wereables (objetos que llevamos encima conectados a la red), la Google Glass y la computación a la cocina. De momento buscan 100 inversores para fomentar la creación de las start-ups.

El día 3 de diciembre, fecha elegida como guiño al 3D, 12 comensales se sentarán a cenar en Barcelona y otros tantos a almorzar en Nueva York. Todos tendrán la posibilidad de disfrutar de forma simultánea de esta experiencia culinaria. Los afortunados serán invitados por la organización (no tendrán que pagar) y entre ellos se encontrarán gastrónomos, científicos o artistas de distintas nacionalidades como embajadores de la curiosa iniciativa gastronómica.

La tecnología que se utiliza son las impresoras 3D, que funcionan creando objetos capa a capa para dar volumen. El restaurante será una especie de semilla blanca hueca, ensamblada a partes. El local se realizará en grandes impresoras 3D, “con las que ya se ha empezado a ensayar incluso pequeños edificios”, comenta Marius Robles, cofundador de Reimagine Food.

Dentro habrá una mesa con una docena de sillas también creadas gracias a esta tecnología. La vajilla será una mezcla de plástico, porcelana y vidrio, con formas florales y futuristas. “Esta cena es un homenaje a la complejidad”, señala Robles. La comida se imprimirá en las máquinas de la firma Foodini. El alimento (en puré) se carga en unos cartuchos. La impresora le da forma. Después, tienen que ser cocinados (cocidos o al horno). De momento, los ensayos se han centrado más en pastas y repostería, aunque también se ha trabajado con hamburguesas y nuggets. “Estamos en la fase de pruebas. Funciona bien con chocolates y quesos”, reconoce el chef Morales, asesor culinario del restaurante Al Trapo en Madrid. “Tiene su complejidad porque primero todo debe pasar a una textura de puré. De momento yo no lo veo con carnes o pescados porque no me gusta desnaturalizarlos”, confiesa. De hecho, la comida no será solo 3D. “Yo veo esta tecnología como una herramienta más en las cocina de un restaurante, como lo pueda ser un robot de cocina”.

Esta peculiar iniciativa entra dentro de las actividades del laboratorio de Reimagine Food, empresa creada en Barcelona. Con el apoyo de empresas como Gallina Blanca, Deloitte, Borges, Danone o Arias (de momento), ensayan con todo tipo de tecnologías que se puedan incorporar a la alimentación. De hecho, la cena 3D, con un coste de alrededor de 150.000 euros, estará sufragada con patrocinios de compañías.

Aunque Reimagine Food no para en esta iniciativa. Cuenta con otras bastante peculiares. Como el robot Reem que descubre las apetencias gastronómicas de las personas y que, según el rastreo de sus datos por la red, los extraídos de sus pupilas y de su estado anímico, sugiere qué alimentos son los idóneos para consumir en ese momento.

También trabajan con la tecnología denominada Watson, de IBM, de computación cognitiva, que intenta comunicarse con el usuario con un lenguaje natural en base a sus gustos y datos en la red. El experimento, en este caso, consiste en que Watson elabore nuevas recetas imaginativas en base a 35.000 recetas ya existentes y miles de combinaciones posibles de alimentos. Además, trabajan en cómo utilizar las Google Glass en la vida del consumidor y del cocinero. O cómo los drones pueden ayudar en el reparto de comida y en el control de cultivos.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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