Lecciones de Bulgaria a Escocia
El estado más pobre per cápita de la Unión Europea, Bulgaria, ha conseguido un fondo de rescate de 3.300 millones de levas (1.700 millones de euros) tras las retiradas de dinero en el tercer y cuarto banco más grandes del país: Primer Banco de Inversiones y Corporate Commercial Bank (CCB). Esto debería alentar a los que luchan por una Escocia independiente a hacer una pausa para pensar.
La inestabilidad financiera de Bulgaria parece más cercana a la agitación política y social que a los fundamentos económicos. La retirada de ahorros de Primer Banco de Inversiones del 27 de junio, por ejemplo, se debió a un aluvión de mensajes de texto incendiarios enviados por criminales empeñados en debilitar el sistema financiero, según el Banco Central búlgaro. Afortunadamente para Sofía, que utiliza un sistema de caja de emisiones que fija el cambio del lev al euro, puede darse el lujo de apuntalar el sistema bancario nacional. Los activos bancarios de Bulgaria representan el 100% del PIB y la deuda pública se situó en el 19% del PIB en 2013.
No parece probable que se produzca algo parecido si los escoceses votan a favor de la independencia el 18 de septiembre. Pero si sucediera, el sistema bancario de Escocia podría terminar pareciendo más vulnerable que el de Bulgaria. Los activos bancarios escoceses ascenderían al 1.254% del PIB, según el Tesoro británico, y asumir su parte de los pasivos de Reino Unido supondría que la deuda superaría el 70% del PIB.
Si una Escocia independiente optara por utilizar la libra, pero sin influencia sobre la política monetaria o las capacidades de impresión de dinero, podría luchar para defenderse.
Tal vez por eso las cabezas más sabias abogan por mantener a Escocia en una unión monetaria respaldada por el Banco de Inglaterra. Cualquiera que pida algo más aventurero debe pensar en lo ocurrido en Sofía.