Un paraíso en la costa atlántica
A 50 minutos de Vigo, el archipiélago gallego invita a desconectar de la vorágine diaria
Perderse en una isla de aguas cristalinas y fina arena blanca que nos recuerde a películas o a fotos imposibles de lugares muy lejanos puede ser una opción factible y económica a tan solo unas horas de la capital española. O a solo 50 minutos si se encuentra en Vigo. Las islas Cíes son un destino más que recomendable y que permitirá al viajero desconectar de la vorágine y el ritmo frenético de la vida en la ciudad.
El archipiélago gallego, perteneciente al Parque Nacional Marítimo Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia y dependiente del ayuntamiento vigués, supone un importante atractivo turístico, sobre todo en el periodo estival.
Compuesto por las Islas de Monteagudo, Faro y San Martiño y los islotes de a Agoreira o Boeiro, Penela dos Viños, Carabelos y Ruzo, este parque natural (desde 1980) es también zona de especial protección para aves (ZEPA) y lugar de importancia comunitaria (LIC) desde 2001.
De junio a septiembre, las principales navieras encargadas del transporte de pasajeros a las islas trabajan a pleno rendimiento. Además, suele haber transporte público regular también en otros periodos vacacionales, como la Semana Santa o durante los fines de semana del mes de mayo.
Lo ideal es quedarse a dormir, ya que a las 8 de la tarde, cuando se va el último barco, el parque queda desierto
En barco privado, en cambio, las islas pueden visitarse durante todo el año. El cupo diario de visitantes a las Cíes durante el verano es de 2.000 personas. “Fuera de la temporada del transporte regular, el cupo se reduce a 350 personas”, informan desde el parque.
Pasar el día en este precioso paraje es uno de los planes de verano más habituales en esta ciudad del sur de Galicia. Sin embargo, si se quiere tener un poco más de tiempo para disfrutar de este entorno y de su naturaleza salvaje, la clave estará en quedarse a dormir en la isla.
La puesta de sol y el amanecer son un auténtico espectáculo vistos desde este lugar. Y es precisamente cuando se va el último barco de pasajeros del día cuando la isla es realmente del visitante. A partir de las ocho de la tarde, los campistas y trabajadores del parque son los únicos habitantes de este enclave natural.
Este archipiélago tiene una superficie total de 3.091 hectáreas, de las cuáles 433 son terrestres y 2.658, marinas. En este espacio, además de disfrutar de sus preciosas playas, puede hacerse senderismo. Existen varias rutas señaladas (también es posible llevar un guía) para que el viajero recorra los rincones más interesantes.
Una de las rutas más emblemáticas es la del Monte Faro. Se trata de un paseo de 7,4 kilómetros (ida y vuelta) que situará al visitante en el punto más elevado de Cíes, ante una asombrosa vista panorámica de todo el Parque Nacional. Antes de comenzar este recorrido, compruebe que tiene tiempo de sobra antes de que salga su barco de vuelta, ya que necesitará algo más de dos horas para completarlo. Merece la pena.
Además de la visita a este faro, existen otras tres rutas que se pueden realizar dentro de las islas en función de lo que más interese al visitante (observatorio de aves, sistema de dunas con especies vegetales y animales adaptadas a este ecosistema...).
En la caseta de información, abierta siempre que hay servicio público de transporte y a 100 metros de la zona de embarque, se puede obtener toda la información necesaria de los principales puntos de interés del parque.
Otra de las actividades que se pueden realizar es el buceo de superficie, que oferta en la isla la federación gallega de submarinismo. “Sus salidas al mar, previa instrucción y equipamiento de los participantes, visitan el medio marino de las islas Cíes en una franja costera abrigada que presenta gran belleza y abundante biodiversidad”, señalan desde el Parque Nacional.
Guía para el viajero
Cómo ir. El archipiélago se puede visitar todo el año en barco privado. Existen varias empresas que realizan el transporte regular de pasajeros. Entre otras, la Naviera Mar de Ons (www.mardeons.com), Piratas de Nabia (www.piratasdenabia.com) o Cruceros Rías Baixas (www.crucerosriasbaixas.com). Un billete de ida y vuelta cuesta aproximadamente 15 euros.
Dónde dormir. Si se quiere pernoctar, la opción es el camping que hay en la isla de Faro, a 700 metros de la caseta de información. Por ser un espacio con capacidad limitada, es recomendable realizar la reserva de plaza con antelación (www.campingislascies.com). En temporada alta, el precio por adulto es de 7,95 euros al día (8,50 euros tienda).
Dónde comer. El parque cuenta con varios restaurantes así como con un pequeño supermercado (abierto únicamente en temporada de verano). Los establecimientos son el Restaurante Rodas (el más cercano a la zona de embarque), el perteneciente al camping y (algo más alejado) el Serafín, que está ubicado bajo una agradable parra.
Recomendaciones. En la isla no hay contenedores de basura, por lo que el visitante deberá tenerlo en cuenta y recoger antes de su marcha todos los desperdicios que genere durante su estadía. Además, es muy recomendable que lleve consigo un calzado apropiado y ropa de abrigo para el trayecto en barco, así como crema con protección solar.