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Columna
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Aplausos obligados a fusiones y compras

Quienes invierten en acciones solían castigar los valores de las empresas que lanzaban ofertas. Su ansiedad por ver a las compañías gastar dinero en efectivo implica que ahora es más probable que aplaudan este tipo de movimientos. Las medidas de estímulo monetario y la baja rentabilidad explican el origen, un preocupante deterioro de la calidad crediticia podría ser el fin de todo.

Los administradores de activos han ido reduciendo su efectivo y están interesados en que las empresas sigan su ejemplo. Morgan Stanley ha analizado datos de 1997 y ha concluido que este año más compañías europeas que han realizado adquisiciones han visto subir sus acciones después de presentar la oferta. Por ejemplo la compañía de tecnología médica británica Smith&Nephew acordó en febrero comprar la firma estadounidense de medicina deportiva ArthroCare. Está ocurriendo un fenómeno similar en EEUU. Aproximadamente dos de cada tres empresas estadounidenses que presentan una oferta han visto subir sus acciones en lo que va de año, según datos de Thomson Reuters.

Esto no es algo habitual. La compra de empresas por lo general implica el pago de una prima de control grande y una integración posterior que cuesta implementar y puede incluso conducir a la disminución de ingresos de las entidades combinadas. Pero en este momento, las compañías de todo el mundo hacen casi cualquier cosa antes que quedarse de brazos cruzados improductivamente con más o menos 7,5 billones de dólares en efectivo. No solo por eso, los inversores activistas, que solían ser la piedra en el zapato de quienes querían adquirir una firma, están ayudando a las empresas a lanzar ofertas de compra.

La situación se explica por una combinación de desesperación por la baja rentabilidad disponible en efectivo, junto a una confianza cada vez mayor en que la recuperación económica se está afianzando, lo que reduce la necesidad de grandes reservas de liquidez. El peligro es la complacencia. En algunos casos, la mejor ruta para crecer bien podría ser la vía de las fusiones o adquisiciones. Pero a medida que los que invierten en acciones animan esta tendencia, es probable que haya más empresas que hagan ofertas arriesgadas que debiliten sus balances. El aumento en los precios de las acciones gracias a las fusiones y adquisiciones podría anunciar un futuro más perjudicial para los que poseen bonos.

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