Qué son y para qué sirven los bonos ligados a la inflación que emitirá el Tesoro
Los nuevos instrumentos de financiación del Tesoro están ya encima del tapete. El organismo de financiación que dirige Íñigo Fernández de Mesa ha contratado a Barclays, BNP Paribas, CaixaBank, Deutsche Bank, Santander y Société Générale para colocarlos esta semana, según publica Bloomberg. Tal y como el secretario del Tesoro reiteró en una entrevista concedida a Cinco Días, estos bonos serán uno de las nuevas fórmulas para financiar el Estado.
¿Qué es la deuda ligada a la inflación?
Son bonos del Tesoro estándar, con la diferencia de que el rendimiento es variable y dependiente de la evolución de los precios. Así, por ejemplo el 30 de abril el Tesoro colocó una emisión de deuda a un tipo de interés nominal del 3,8% todos los años (salvo que quiebre el Estado). En un bono ligado a la inflación, lo que ingresa el inversor dependerá de la evolución de los precios en la zona euro. El vencimiento sería a 10 años, es decir, en 2024.
¿Cómo funcionan?
Los planes consisten en vender deuda con un cupón anual fijo, si bien al vencimiento lo que el Estado devuelve al inversor se actualiza en función de los precios. Por ejemplo, el Tesoro coloca un bono ligado a la inflación con un nominal de 1.000 euros y un cupón del 2%. Los inversores reciben 20 euros al año de intereses (como en un bono estándar), pero cumplidos los 10 años, en lugar de recibir los citados 1.000 euros, reciben esta cantidad incrementada en la inflación acumulada en estos 10 años. Si ha sido del 10%, pues 1.100 euros.
¿A quién irá dirigida la emisión?
A grandes inversores. Fondos de pensiones y aseguradoras europeas, principalmente, es decir, inversores institucionales que compran la deuda con una perspectiva de largo plazo. Como estos inversores esperan a recibir el rendimiento anual, una protección contra la inflación hace que su compra sea más segura. "Existe una base inversora natural, tanto nacional como internacional, que tiene una necesidad estructural de comprar activos que compensen la pérdida de su valor debido a la inflación", han explicado desde el Tesoro
¿Es la primera vez que en España se vende este tipo de activo? ¿Y en Europa?
Sí, en el caso del Tesoro. Entidades financieras y comunidades autónomas han colocado en los últimos años deuda ligada a la inflación, aunque en ningún caso a gran escala. En Europa, Reino Unido o Estados Unidos los bonos ligados a la inflación son un activo de uso corriente. En EE UU, especilamente, los llamados TIPS (Treasury Inflation Protected Securities) se utilizan como mecanismo para calibrar la evolución esperada de los precios.
"En Italia, son comunes tanto las emisiones ligadas a la inflación, europea –medida a través del índice HICP– o italiana, como al euríbor. Ofrecen de entrada una rentabilidad fija baja y después otro porcentaje adicional en función de la evolución de los precios”, señalan desde un bróker nacional.
¿Hay demanda para estos activos?
Desde el Tesoro se ha asegurado, desde hace algunos meses, que existe demanda para estos activos. Y, si la colocación es inminente, es más que probable que el Tesoro y los creadores de mercado se hayan asegurado de que tenga éxito, dado que es el estreno.
¿Qué ventajas tiene?
Sobre todo, atraer a nuevos inversores. "Nos permitirá diversificar la base inversores", aseguran desde el Tesoro. El objetivo es crear una gama de este tipo de producto, con diferentes vencimientos, al igual que ocurre con la deuda clásica.
¿Lo podrán comprar pequeños inversores?
En un principio, la colocación solo está dirigida a institucionales. Si el activo gana en liquidez, con el tiempo sí podría estar abierto a minoristas. Y se podrá comprar en el mercado secundario, es decir una vez emitida la deuda.
¿Qué tipos de interés paga?
En Francia, Alemania o Reino Unido la deuda ligada a la inflación paga cupones inferiores al 0,5%. Para España, aplicando una prima de riesgo de 150 puntos como sucede con la deuda estándar, el cupón estaría algo por debajo del 2%.
¿Qué efectos tendrá sobre el gasto en intereses?
Dada la estructura de la deuda, el Estado pagaría menos intereses durante la vida del bono (el cupón es inferior al de una emisión estándar. Eso sí, pasados los 10 años el Estado debe refinanciar una mayor cantidad de dinero, por lo que la deuda aumentaría.