Cómo me puede afectar la tasa Tobin
Un grupo de 11 países europeos llegaron ayer a un acuerdo para empezar a aplicar el nuevo impuesto sobre transacciones financieras (la llamada tasa Tobin) a partir de 2015. Estas son algunas preguntas y respuestas sobre el impuesto y su posible impacto en el pequeño inversor:
¿Qué es la tasa Tobin?
Es un impuesto sobre operaciones financieras propuesto en 1971 por el premio Nobel de Economía, James Tobin, que se ideó para gravar los movimientos "especulativos" de divisas. Aunque en principio se limitaba a operaciones con divisas, el concepto inicial se ha ido ampliando hasta abarcar todo tipo de operaciones financieras, con acciones, deuda o derivados.
Como respuesta a la crisis financiera, la propuesta de este tipo de tasa fue rescatada e impulsada desde 2010 por los Gobiernos de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.
¿Cómo funciona?
El gravamen, según la propuesta de la Comisión Europea, sería del 0,1% sobre cada operación. Es decir, por una compraventa de acciones de 10.000 euros se abonarían 10 euros, aunque el tipo de imposición todavía no se ha fijado. Para los derivados, el gravamen sería del 0,01%
¿A qué operaciones afectará?
El ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha señalado que el impuesto se aplicará a todas las operaciones de compraventa de acciones o a las operaciones con derivados cuyo subyacente sean también acciones.
¿Quién lo pagará?
En principio, serán las entidades financieras las que se hagan cargo del gravamen.
Sin embargo, sus posibles efectos sobre el cliente están sobre la mesa. Ya en 2010, en pleno debate sobre la conveniencia o no de aplicar el impuesto, el Banco de España advertía de la posibilidad de que los nuevos gravámenes se pudiera “trasladar a los clientes, y si esa traslación será superior a la de la prima pagada a los FGD Fondos de Garantía de Depósitos". Además, reconocía la posibilidad de que la tasa pudiera "reducir la capacidad de los bancos de otorgar créditos".
En el sector se baraja que el coste pueda repercutir en el cliente a través, por ejemplo, del aumento de las comisiones cobradas por operativa bursátil.
¿Qué países lo aplicarán?
A la iniciativa se han sumado finalmente 11 países de la zona euro: Alemania, Francia, Italia, España, Bélgica, Austria, Portugal, Grecia, Estonia, Eslovaquia y Eslovenia. La intención era que el impuesto se aplicase en todos los países de la UE, pero muchos se opusieron, entre otros Reino Unido y Holanda. Para salvar el escollo, la Comisión permitió al grupo de países a favor, entre ellos España, acudir a la “cooperación reforzada”, esto es, aprobación de un proyecto legislativo en el que no participan todos los socios europeos.
En un mercado global ¿se podría eludir el impuesto comprando acciones en otro país?
Para evitar que se eluda su pago, el impuesto se aplicará en función del llamado principio de emisión, es decir, que la transacción de acciones emitidas en alguno de los 11 países será imponible con independencia de dónde se lleve a cabo la operación.
En casos excepcionales, y para evitar que los países con menos actividad bursátil se queden sin ingresos, se aplicará el llamado principio de residencia, es decir, que el impuesto se pagará donde se ejecute la transacción, sin tomar en cuenta el lugar de origen de los valores transferidos.
¿Cuándo empezará a aplicarse?
No hay fecha cerrada pero Guindos adelantó que podría estar funcionando “en seis meses”. El acuerdo será formalizado en mayo. Cuando se concrete, cada país tendrá que actualizar su normativa.
¿Cuánto recaudará?
Según Bruselas, el nuevo impuesto podría recaudar unos 35.000 millones de euros al año, aunque el acuerdo alcanzado es más limitado que la propuesta original de la Comisión, por lo que los ingresos no serán tan elevados al principio.
¿Qué ventajas tiene?
Los defensores citan varias ventajas de este impuesto para su implantación. Entre otras, señalan los ingresos fiscales adicionales que se pueden recaudar para financiar al Estado gracias al alto volumen de transacciones.
También se suele citar que el “justo” que los bancos y otras empresas financieras aporten más esfuerzo para financiar una deuda pública que el sistema financiero ha contribuido a engordar en parte como respuesta al rescate de varios bancos europeos.
Otro argumento a favor de la tasa Tobin es que puede dar más estabilidad al sistema y que, añaden, evita ataques especulativos contra las divisas como las que sufrieron en los 90 países como Rusia o México.
¿Y desventajas?
Los críticos alertan que se desincentivará la inversión y que se va a traducir en un menor crecimiento económico y pérdida de puestos de trabajo. Incluso ponen cifras: un informe de Citi estima en el 0,5% el impacto negativo en el PIB de España a largo plazo, y en el 0,8% en el caso de Alemania.
Además, la recaudación será inferior a lo estimado, aseguran, ya que provocará un desplome de las operaciones bursátiles. Dado que no se aplicará en todos los mercados, beneficiará a aquellos que se resistan a implantarlo.